Mejor Fonasa. Así bautizaron los publicistas del gobierno al proyecto de ley que busca modernizar el Fondo Nacional de Salud. Pero de mejor, hasta ahora, sólo el título. La iniciativa presentada no cumple, ni de lejos, las expectativas de la ciudadanía, que ha reclamado con fuerza un mejor sistema de salud.
La idea de una salud pública fuerte y eficiente está en la base de las demandas ciudadanas. Sin embargo, el gobierno insiste en abrir espacios al sector privado, para que éste intervenga con libertad allí donde los especialistas del oficialismo consideran que el sistema público no puede actuar de manera eficiente.
Sabemos que el camino para mejorar el Fondo Nacional de Salud no la privatización. El mercado ha demostrado su ineficiencia a la hora de resolver las inequidades que, junto con la discriminación, son las bases del problema que presenta el acceso a la salud.
Tristemente se ha difundido la idea de que la salud privada es sinónimo de calidad, mientras que la pública lo es de precariedad.
En este escenario, ciertamente engañoso, el interés por lucrar ha traspasado los límites de lo aceptable. Las mujeres, los niños, los adultos mayores y las personas enfermas pagan más en el sistema privado y no siempre reciben la atención que requieren. Y cuando ya no pueden seguir pagando, o cuando la Isapre les da la espalda, recurren al sistema público que, con los pocos recursos que posee, hace lo posible por resolver los problemas que para los privados no son más que un mal negocio.
Chile necesita un sistema nacional de salud que se haga cargo no sólo de las enfermedades de los chilenos, sino también de la prevención y la promoción en salud. Un sistema donde las cotizaciones obligatorias concurran a un fondo que, junto con los aportes del Estado, financien un Plan de Salud Universal digno para las personas, sin discriminación de edad, sexo, condición económica o de salud.
Y en la base de toda esta discusión está asentada la necesidad de garantizar la salud como un derecho en la constitución. Chile merece un mejor Fonasa, sin duda. El país necesita un nuevo modelo de salud bajo la lógica de la seguridad social, que no deje a nadie atrás. La ciudadanía no quiere seguir financiando el negocio de unos pocos a costa del sacrificio de muchos. La salud no es un juego.
Rabindranath Quinteros Senador por la Región de Los Lagos