Durante el verano nos vemos expuestos a diferentes rutinas que pueden generar desequilibrio en nuestro sistema: dormir más tarde, exponernos al sol sin protección, comer más seguido alimentos inflamatorios (chatarra, golosinas, etc), comer tarde o sin horarios fijos, por mencionar algunas situaciones. Sin embargo, es también en esta época que la naturaleza nos ofrece gran variedad de alimentos que pueden ayudarnos a equilibrar y de alguna manera protegernos en estos escenarios: la naturaleza es muy sabia.

Muchos de los procesos de desajuste generan oxidación. En la oxidación, más conocida como exceso de radicales libres, cuando éstos se producen sin control, se acumulan y dañan a las células. Algunos elementos que ayudan a contrarrestar los efectos nocivos de este exceso, son los antioxidantes, y en las verduras y las frutas los podemos encontrar en abundancia en época estival.

Algunos de sus beneficios es que ayudan a tener mejor control de insulina, contribuyen a prevenir aparición de cáncer, disminuyen la incidencia de eventos coronarios.

Las verduras crudas deben estar presentes al menos en dos de las comidas principales, ideal en tres. Pueden comerlas en trozos o en jugos, mezclando los diversos colores presentes en la naturaleza, ya que así potencian su acción antioxidante, por ejemplo: lechuga- apio-morrón.

Las frutas las recomiendo, en general, dos veces al día, evitando los jugos, ya que dejan una disposición de azúcar muy rápida, y acompañadas de un componente fibroso y con buen aporte de grasas, por ejemplo, semillas.

Un alternativa sabrosa, nutritiva y veraniega, es hacer helados de fruta natural mezcladas con bebidas vegetales de frutos secos. Así la grasa colabora con que no se libere de forma tan rápida el azúcar, y al ser congelado se come lento.

Otra opción son los liofilizados de berries, sobre todo porque mantienen en buen porcentaje su capacidad antioxidante y podemos tenerlos a lo largo del año. Podrían tomar un jugo de espinaca o agua con rodelas de limón, con polvo de maqui liofilizado durante la mañana o la tarde, o incluso durante un entrenamiento deportivo.

El verano es perfecto para aprovechar los beneficios de la naturaleza. Disfrútalo.

Stephanie Riedel, nutricionista y diplomada en homotoxicología, alimentos funcionales y nutracéuticos

El sur de Chile, al igual que lo que sucede con mayor frecuencia e intensidad en la zona norte y central del país, siente con fuerza los efectos de periodos de sequía particularmente duros, que se repiten de forma alternada cada década.

Para nuestro país, y también para Los Lagos, enfrentar este tema es un desafío clave, pese a que desde una perspectiva global nuestro territorio aún puede considerarse muy privilegiado debido a la generosidad con que la naturaleza provee de agua a sus habitantes.

En la Región, la escasez de agua impacta durante todo el año, aunque particularmente en la época estival, y eso explica la gran cantidad de camiones aljibe que entregan agua en distintas comunas.

En esos casos, junto con la provisión de emergencia, una alternativa muy relevante y necesaria son los proyectos de Agua Potable Rural (APR), así como la construcción de pozos profundos para los casos de mayor aislamiento.

Los profundos cambios que se están produciendo en el clima por el descuido de la intervención humana a nivel global han provocado que este panorama de sequía ya sea algo recurrente, incluso en zonas como el sur de Chile, que antaño eran reconocidas por la abundancia de agua.

Aparte de los planes de emergencia para llevar agua en estas semanas críticas a las zonas rurales, es menester que el país en su conjunto comience a mirar con mayor preocupación lo que viene en el futuro frente a esta necesidad que afecta a los campesinos de la Región, tanto en su calidad de vida como en las diversas fases productivas.

Hay que actuar ya para, solo por dar un ejemplo, multiplicar las obras de infraestructura que permitan el almacenamiento de las aguas lluvia que caen sobre todo en los meses de invierno.

Por otra parte, hay que abrirse a la posibilidad de analizar con menos temores la alternativa de construir embalses que puedan dar una solución más efectiva a esta carencia.