Nuestro país, hace algunos años, dejó de realizar pedagogía de materias relevantes, mostrando una simpleza y una pobre visión de lo que es el ser humano.

Se quiso abandonar la Historia, se dirá que es optativa, y se abandonó la educación cívica, porque no se le consideró necesaria, para un país que recuperó ejemplarmente la democracia, pero que ha hecho muy poco para explicarla y profundizarla.

Y hoy tenemos un cúmulo de ciudadanos que no entiende lo que es vivir en sociedad, que parece no aceptar que el juego de la ley es reprimir los instintos individuales para hacer posible la convivencia de todos de una manera igualitaria.

Aquellos que piensan que sin leyes y sin Estado viviremos un sueño bucólico y de paz completa se equivocan. Es todo lo contrario y hay pinceladas por estos días, donde observamos el caos y el descontrol precisamente en aquellos sitios donde la ley, es decir, el Estado, no parecen operar. En situaciones así solo se impone el más fuerte o el que más grita y eso es lo que el imperio de la ley busca evitar.

Pero eso debe aprenderse y entenderse.

Habrá que entender que el ser humano es complejo. Hemos convivido con anhelos poco reales por años; así se crean las ideologías que hacen una promesa a la sociedad, le dan sentido a la vida y calman las pasiones que desata la comprensión de la soledad y finitud del ser.

Lo mismo pasa con las empresas que, además de sus obligaciones propias de generar utilidades para sí y el entorno, han dejado de hacer pedagogía de su propia labor.

La sociedad no es un cúmulo de compartimentos estancos, una depende de la otra, se benefician mutuamente y así debe ser entendido. Uno de los principales desafíos será romper esta inercia individualista, para pasar a vernos como parte de algo más grande, lo que exigirá reconstruir las confianzas y comenzar una nueva forma de hacer las cosas.

De eso también se trata el nuevo pacto y un desarrollo más amplio y profundo para nuestro país.

La Ruta CH-215, es una arteria vial clave no solo para el país (uno de los principales pasos fronterizos con Argentina), sino también un camino primordial para cientos de personas que habitan en esta provincia, entre los que se encuentran nuestros socios productores lecheros.

El año 2017, se detectaron más de 500 agujeros en la ruta, provocando accidentes y la molestia de los conductores. Así, y con miras a concesionar una doble vía entre el paso fronterizo Cardenal Samoré y Osorno, se hizo fundamental el iniciar al más breve plazo un arreglo del pavimento.

El proyecto iniciado a mediados del año 2018, consiste en la reposición del pavimento en el sector comprendido entre el cruce Las Lumas y la ciudad de Entre Lagos, de una longitud aproximada de 26,3 kms, con una inversión de $16.590,35 millones (unos US$ 25,1 millones).

Pese a todo lo necesario del mejoramiento, el proyecto ha sido un duro golpe a la calidad de vida y trabajo de quienes habitan y transitan la ruta, porque las obras no han contado con las medidas de mitigación necesarias, para las tremendas externalidades sufridas por los vecinos y conductores de esta ruta.

Hoy hablamos por nuestros socios lecheros, familias y colaboradores, quienes han visto incrementado el tiempo de viaje entre Osorno y Puyehue de manera considerable, con el consiguiente riesgo de accidentes, quebraduras de parabrisas, daño a los amortiguadores, entre otros.

A su vez, ha provocado el retraso de la llegada de los insumos y de los asesores prediales, junto con generar horarios irregulares en el retiro de leche. A esto se suma la enorme cantidad de polvo, que afecta tanto a los campos como a la visión de los conductores, el mal estado de las entradas a los predios (con el consiguiente peligro para la entrada de los camiones), y problemas en la recolección de basura.

Por todo lo anterior, y porque como Aproleche pertenecemos a la Multigremial de Osorno, levantaremos esta relevante problemática para los lecheros, presentando nuestros descargos a las autoridades y empresarios responsables, porque no podemos seguir aguantando que se afecte tanto a miles de familias y conductores, como a uno de los rubros más relevantes de esta zona: la lechería.

Javier González, director de Aproleche Osorno