L a suma de los derechos y los deberes y el equilibrio en sus cumplimientos resulta fundamental para el ejercicio de una sociedad sana, que entregue posibilidades justas para todos y restricciones cuando fuere menester.

En el último tiempo se ha puesto mucho énfasis en ir construyendo una ciudad accesible para aquellas personas que sufren algún grado importante de discapacidad física y ha habido mejoras en veredas, ingreso a edificios públicos, privados y otros. Sin embargo, hay importantes deudas y una de ellas es disponer de estacionamientos para quienes son transportados en vehículos al centro de las ciudades para cumplir con diversos trámites.

¿Qué ocurre en la mayoría de las ciudades?: apenas se dispone de un par de espacios en el centro y frente a instituciones relevantes. En otras, no existe ninguna posibilidad de encontrar algún estacionamiento autorizado para los vehículos que transportan a quienes muestran

movilidad reducida y cuentan con la debida autorización.

Indudablemente los municipios deben revisar a fondo su política vial y poner solución a esto, que es -a todas luces- una anomalía y clara vulneración a los derechos de las personas discapacitadas.

El personal municipal y policial cursa infracciones de alto valor a quienes, impedidos por las circunstancias y el colapso de los estacionamientos privados, se ven obligados a detenerse algunos minutos en calles céntricas para bajar una silla de ruedas o trasladar a algún enfermo. Tal diligencia no se condice con el deber de proporcionar las facilidades mínimas a quienes deben soportar una privación importante de su salud y no cuentan con alternativas.

El esfuerzo debería canalizarse para sancionar a quienes ocupan, sin serlo, los estacionamientos para discapacitados. Ello es, sin duda, una conducta irregular por parte de los usuarios que poco les importa la realidad de quienes tienen discapacidad.

El año 2019 comienza su cuenta regresiva. Es un tiempo de reflexión y de balance sobre los aspectos positivos y los desafíos que se traspasan hacia el año 2020.

Sin duda alguna las exportaciones a China han marcado la inflexión positiva en 2019, esperando superar hacia fines de año el 10% del total de carne producida en el país. Esta coyuntura de comercio internacional ha sido positiva también para diferenciar precios de ganado para exportación, con diferencias promedio cercanas a cien pesos por kilo de animal en pie respecto al ganado de consumo nacional.

En los próximos meses se espera concretar una nueva fase de crecimiento comercial en carne bovina con China, referida a subproductos y carnes refrigeradas.

De acuerdo a las cifras proporcionadas por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), hemos logrado disminuir de forma rápida la cantidad de predios que utilizan anabólicos. En dos años hemos llegado al 30% del total existente en el año 2017. De forma constante y creciente, los productores están solicitando al SAG estar en las condiciones para calificar a China.

Se espera que una vez que entre en régimen las nuevas oportunidades comerciales para exportar subproductos y carne refrigerada a China, la demanda por nuestro ganado también aumente.

Pero debemos prepararnos. Aplicar los DIIOs en forma oportuna, antes del año de vida o antes del primer movimiento animal del ternero, es esencial para garantizar la adecuada trazabilidad. Este acto marca el destino del animal y existe un bello desafío para todas las instancias de fomento productivo (municipios y equipos de asistencia técnica), orientado a brindar apoyo al segmento de crianza, para que una mayor cantidad de animales califique con sus pasos administrativos oportunos.

La trazabilidad es una necesidad trascendental para garantizar la posterior exportación de los animales.

Sin duda esperamos que el año 2020 traiga bienestar y desarrollo a todas las familias rurales en Chile. Y que estas nuevas oportunidades comerciales nos ayuden a generar una ganadería integrada entre sus eslabones, ya que nuestro rubro es un pilar de la sostenibilidad social.

Verónica Ruiz, secretaria ejecutiva de la Corporación de la Carne (Corpcarne)