En alerta se encuentran las autoridades de Salud ante el explosivo aumento de casos por contagio de virus hanta registrados en el país. Más en esta época del año, cuando la población se encuentra más expuesta al virus debido a que tanto las familias como los colegios comienzan a programar campamentos, paseos de curso o excursiones a zonas silvestres, donde podría invadirse el hábitat natural del ratón colilargo, transmisor de la enfermedad.

La seremi de Salud de Los Lagos, Scarlett Molt, confirmó el caso número 12 de contagio por virus hanta en la Región en lo que va de 2019. La persona infectada se encuentra internada en el Hospital Hernán Henríquez Aravena de Temuco, donde está siendo sometida al tratamiento respectivo para controlar el avance de los síntomas.

A nivel nacional, a la fecha hay 66 pacientes con diagnóstico positivo de virus hanta, el doble de los casos que se presentaron en 2018.

Es por ello que se hace necesario que la población más expuesta a este virus, especialmente aquella que habita o trabaja en zonas rurales, así como las familias que realizan actividades al aire libre en zonas boscosas, adopten medidas tendientes a evitar el contagio.

Y para ello hay una serie de recomendaciones básicas, como manejar correctamente la basura, evitar que exista maleza afuera de las casas de veraneo y no internarse en áreas donde posiblemente habite o circule el roedor. Ello, además de reconocer los síntomas de la patología, los que aparecen entre tres y cinco semanas después de haber estado en contacto con el virus, y que se manifiestan con fiebre alta, dolores musculares intensos, dolor abdominal, de cabeza y dificultad para respirar; y en caso de presentarlos, acudir inmediatamente a un centro de salud.

El hanta es una enfermedad grave, pero si se adoptan las medidas preventivas necesarias podrían evitarse los contagios. De ahí que la principal manera de enfrentar esta patología es estando informados y esa es una responsabilidad de todos.

Como no sabemos si Internet llega sin interferencia al Polo Norte o si usted tiene WathsApp y o se maneja en esto de las redes sociales, he decidido escribirle a la antigua y con la única intención de ponerlo al día respecto al comportamiento de algunos hombres y mujeres que se dicen chilenos.

Para empezar, muchas oficinas de correos están quemadas después de haber sido saqueadas, por lo que tenga paciencia con los tiempos de las cartas de los niños. Tampoco se le ocurra venir después de las 8 de la noche, pues corre el riesgo que una turba de enajenados lo apedree, trate de quemarlo, robar los regalos y quedarse con los renos. Tampoco use el metro y menos el transantiago!

Ahora, respecto de a quién traer regalos, seguramente algo habrá oído de la violencia y el dolor que se apoderaron de nuestras calles y, sin duda, no es uno quién para andar aconsejando al hombre más deseado del año, pero como ciudadana, es mi deber advertirle para que no gaste por las puras y mucho menos exponga su vida al pasar por este otrora pacífico país.

Primero, ningún político (salvo unos pocos) merece siquiera un Súper 8. Éstos no sólo han permitido que el terrorismo se apodere de las calles, sino han sido tan ineficientes que no fueron capaces de advertir lo que se venía y tan egoístas que sólo están preocupados de salvar su pellejo o sacar crédito de esta triste situación. El gobierno tampoco ha dado el ancho y lo que empezó como un necesidad social, hoy está convertido en una guerra entre hermanos. ¿El porcentaje más rico? ni se moleste en abrir sus cartas, no se han portado bien. Respecto a las pymes y clase media, no se preocupe, sólo un poco de paz para trabajar y tratar de recuperar nuestro país que viaja a la deriva.

Sin embrago, hay unos regalos que no puede dejar de entregar en nuestro país, me refiero a los de bomberos, a los integrantes de la PDI y sin ninguna duda, a nuestros queridos Carabineros. Si hay alguien que merezca un regalo, son ellos, que a pesar del maltrato al que son expuestos, no han dejado de ser finalmente lo único a qué aferrarnos para no caer en un inminente precipicio. Por favor, querido viejito, todo para ellos. Gracias.

Vivian Arend