Durante casi un mes las llamas han sido protagonistas de la vida nacional. Primero las llamas urbanas, las barricadas, los incendios de locales comerciales y edificios, incluyendo templos. Y a esas llamas, apagadas a medias, se suman los incendios forestales, frecuentes de nuestra zona en la temporada de calor. Ya en la Región de Valparaíso el fuego ha consumido más de 3.100 hectáreas de vegetación. La amenaza de las llamas ha obligado a la evacuación de decenas de viviendas, mientras se han desplegado medios terrestres y aéreos para sofocar el fuego.

El domingo pasado las llamas consumieron tres viviendas y una bodega, pero la oportuna acción de Conaf y Bomberos evitó la propagación y un devastador incendio como el de 2014.

Ante esta continuidad del fuego, autoridades y vecinos denuncian intencionalidad. Reafirmó esa acusación, el intendente de dicha zona, Jorge Martínez, llamó a denunciar y reiteró el pedido a terminar con marchas que distraen a personal que, justamente, trabaja en sofocar los siniestros. Llamado pertinente en la emergencia.

Es una realidad de estos calurosos días, pues, sumados la sequía y el viento, se dan las condiciones para provocar un incendio. Si a ello agregamos el hecho de que muchos pirómanos andan por ahí sueltos, la intencionalidad es una posibilidad abierta.

Ya se han presentado las querellas del caso y el presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, Sebastián Torrealba, pide la aplicación de la Ley de Seguridad Interior del Estado.

Y es un tema de seguridad y en particular de la seguridad de los más pobres que resultan ser los más castigados por estos siniestros, como se ha comprobado a lo largo del país.

En la situación actual, con la violencia de que ha sido víctima Chile, la intencionalidad es una posibilidad que exige investigación a fondo con medios técnicos para llegar a la verdad y a los culpables. Además, la ineludible investigación debe ser considerada como una etapa más en la lucha contra estos amenazadores siniestros.

Un espectro de fuerzas políticas equilibradas es una condición indispensable para el desarrollo y ejercicio de una democracia sana y eficiente sin la lógica permanente de la derrota del adversario, sin la permanente y enfermiza división de buenos & malos y en que los malos son naturalmente siempre los otros.

En nuestro país ese equilibrio está ausente porque en los gremios y las organizaciones sociales está presente el sector de la izquierda que, con perseverancia envidiable, se ocupa sin contrapeso de una temprana formación de sus adherentes ejerciendo hoy un dominio absoluto ante la total ausencia del mismo ímpetu de los que no comparten sus postulados.

Tal es así que durante los últimos 28 años la derecha sólo accedió al gobierno durante cinco años y medio, más por debilidad y deficiencias del gobierno precedente que por las virtudes de sus propios postulados. Podríamos afirmar entonces que el histórico desequilibrio es producto de la incapacidad o voluntad de la derecha de formular y desarrollar activa y eficazmente su línea de pensamiento en las organizaciones juveniles, sindicales y sociales.

El desequilibrio político con el predominio permanente de un solo sector, al agudizarse, conduce a la larga al totalitarismo ya sea de izquierda o de derecha y ambos significan inevitablemente la muerte de la democracia.

Es por tanto urgente que nos preocupemos crear condiciones en nuestra sociedad que promuevan la presencia de equilibrios políticos que impidan el monopolio de un solo sector y hacemos una invitación a los chilenos independientes, trabajadores y profesionales, que ven este fenómeno con inquietud, a dejar su "zona de confort" y salir a participar abordando los problemas reales de una gran mayoría de chilenos.

La solución a los acuciantes problemas sociales que vivimos no provendrá de unos pocos iluminados que se proclaman como depositarios de la verdad absoluta y con fórmulas que presuponen renegar de nuestro histórico desarrollo como país civilizado, que si bien registra episodios de duros recuerdos, nos han servido como lección y maduración política.

En nuestro multigremio creemos que la gravedad de la crisis actual nos impone a todos la obligación de concurrir y colaborar con voluntad de diálogo, exponiendo "diversos" puntos de vista producto de nuestra experiencia de trabajo o de academia, con visión de un futuro mejor para nuestro país en su conjunto.

Roland Matthei, presidente de la Multigremial de Osorno