Desde el pasado 18 de octubre, día en que se inició el movimiento social en torno al descontento sobre las políticas públicas nacionales, las redes sociales han tenido un rol protagónico no sólo en torno a la búsqueda permanente de información y actualización de los sucesos que se desarrollan, sino también respecto de la organización de la ciudadanía en torno a las manifestaciones.
El fenómeno no es nuevo, ya que a nivel internacional las redes sociales históricamente han sido parte importante de movimientos sociales como la Primavera Árabe (2010-2013), el Movimiento 15-M en España (2011), entre otros.
Actualmente, según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), en Chile el 87,5% de los hogares tiene acceso a Internet y este aumento ocurrió, principalmente durante la última década y es el líder de la Región en este ítem, donde el resto de los países no superan el 50%.
Se entiende, entonces, que el uso de las distintas aplicaciones ha sido clave en la expresión de posturas respecto a la contingencia, debates y compartir información de lo que está pasando de manera permanente. También ha revelado algunas falencias que ya se han detectado antes, pero que esta vez se evidenció con más fuerza. Una de ellas es la velocidad con la que se publican y difunden datos en la Internet, incluyendo no sólo información validada, sino también noticias o hechos falsos que son caldo de cultivo para equivocaciones entre quienes conversan a través de la red.
Si bien las redes sociales no fueron las desencadenantes del movimiento social actual, según dicen los especialistas, sí han ayudado a que se mantenga en alza y las personas puedan organizarse masivamente a través de ellas.
Respecto de las noticias falsas, en tanto, si bien no son un fenómeno nuevo ni algo propio de los movimientos sociales, sí se expanden con mayor facilidad en momentos como los actuales. Las recomendaciones es llevar una dieta informativa variada, es decir, una persona puede informarse de lo que aparece en las redes sociales, pero teniendo conciencia de que no todo es verdadero ni ha sido verificado.