Cositas malas de mí, manda a todos a volar y diles que yo no fui… ¿Quién fue el culpable del "octubre negro"? ¿Quién de todos los chilenos "de los más felices del mundo" (según encuestas)?: ¿los empresarios capitalistas abusadores, los comunistas burgueses doble estándar? ¿Los trabajadores correctos y sacrificados, los trabajadores pencas sacadores de vuelta? ¿Los jóvenes que defienden el medio ambiente gritando, desparramando y quemando y no levantan el trasero para ir a votar? ¿Frei y sus contratos (electricidad, sanitarias, telefonía)? ¿Lagos (el Transantiago y carreteras)? ¿Bachelet y los bonos? ¿Los que aman el neoliberalismo y los que lo detestan, pero disfrutan del sistema? ¿Los que están en guerra, los pacíficos? ¿Los del Foro de Sao Paulo, los del TPP 11? ¿Los que quemaron el Metro y supermercados, el lumpen aprovechado?
¿Cómo llegamos a esta barbarie? Independiente del terrorismo y la posible conspiración, hacía rato que este sistema no daba para más, los ciudadanos se cansaron de andar de espalda a la pared, defendiéndose de los delincuentes comunes y de cuello y corbata.
Aún más, los votantes de hoy nada tienen que ver con los de hace 30 años, estos son ciudadanos "viajados", trabajadores independientes, amigables con las Fuerzas Armadas y de Orden y capaces de limpiar lo que otros ensuciaron. Ese es el nuevo chileno, no quiere bonos, quiere que le permitan vivir en paz.
Así sucedió lo inevitable, en esta tierra generosa y con un sistema de oportunidades, más de un millón de chilenos salieron a gritar: ¡Basta al abuso! Por supuesto, al menos seis millones siguieron poniendo el hombro y tratando de llegar a fin de mes; pero en medio de toda esta masacre social, nos pasó lo que al resto del mundo: Cambiamos. Sociedad líquida, le llaman, pero se está solidificando. Y si bien se agradece que este gobierno reconozca la mugre debajo de la alfombra y tome cartas en el asunto, es obvio que aún algunos políticos siguen pensando que la están haciendo de oro, que ellos no son responsables y que pueden seguir legislando estupideces que en nada ayudan al Chile de mañana. Y como en la canción, andan con cara de "Ay mamá que yo no fui"… En fin.
Vivian Arend