Chile una vez más dio ejemplo de civismo en la reciente elección presidencial, conociéndose prontamente los resultados y el candidato perdedor reconociendo su derrota y visitando al contendor con un lindo gesto republicano. Mientras, en el Congreso aún se mantienen en discusión los proyectos de ley de educación superior y de universidades estatales; el avance en estas nuevas normas dependerá de la urgencia que ponga el Ejecutivo.
Referente a las propuestas en educación superior del Presidente electo, ha planteado crear un sistema de acceso a la educación superior que evite que las razones económicas impidan estudiar, proponiendo un sistema único de becas y créditos, basado en requisitos socioeconómicos y de mérito. A esta propuesta, se suma la gratuidad como política pública, que si bien no ha convencido a la derecha liberal, en la segunda vuelta logró posicionarse como un derecho al cual no se echará pie atrás, y se avanzará al menos en formación técnica hasta un 90%, como fue el compromiso de campaña.
No sólo la gratuidad ha permitido el ingreso a jóvenes de familias vulnerables a la educación superior. También en los últimos años se ha avanzado en el acceso por medio de programas inclusivos que permiten el ingreso a la universidad de grupos de jóvenes excluidos del sistema, como son el Propedéutico, el programa Talento y Vocación Pedagógica y el Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo a la Educación Superior (PACE).
También los cambios en la ponderación de la Prueba de Selección Universitaria, con la incorporación del ranking de notas y una mayor valoración en las notas de enseñanza media han permitido que alumnos de educación secundaria puedan ingresar a la universidad por su buen rendimiento académico. Todas estas medidas han sido de alto impacto, rompiendo el acceso segregador y por ende generando un sistema más inclusivo.
A seis días de conocerse los resultados de la PSU 2017, los alumnos hasta el sexto decil pueden postular con la seguridad que contarán con el beneficio de la gratuidad en las instituciones adscritas, y las familias más vulnerables con la tranquilidad que sus hijos no tendrán que endeudarse para lograr el anhelo de una carrera profesional. Lo pendiente aún y ojalá se resuelva pronto es dar respuesta a la aspiración de muchos en contar con un marco regulatorio para la educación superior y un proyecto que fortalezca la educación superior pública.
Óscar Garrido Álvarez, rector
de la Universidad de Los Lagos