Esta semana circuló por Santiago y Valparaíso el denominado "bus de la libertad", que ya ha recorrido otros países y cuyos partidarios dicen manifestarse a favor del derecho a una educación sin ideologías y que los padres puedan educar a sus hijos conforme a sus principios y valores. Así expresado, el asunto parece exento de mayor polémica e inofensivo, pero el contexto guarda relación con el proyecto de ley de Identidad de Género que hace unas semanas fue aprobado en el Senado y pasa ahora a ser conocido por la Cámara de Diputados para su segundo trámite.
Identidad de género y transexualidad son temas que como sociedad no conocemos mayormente, pero que son importantes para muchas familias en nuestro país y de seguro también en nuestra realidad local y regional.
Hay personas en Chile que sufren discriminación con motivo de su transexualidad, incluyendo niños, niñas y adolescentes. Es una realidad que hace necesario abrir el debate y vencer la ignorancia que existe sobre el tema. En un estado democrático como el nuestro existe el derecho a la libertad de expresión.
Así, el Estado de Chile debe garantizar a todas las personas poder ejercer un derecho como éste, considerado como uno de los esenciales de todo ser humano. Entonces ¿podría llegar a impedirse o limitarse la circulación del "bus de la libertad" porque no acepta la posibilidad de debatir sobre la transexualidad de niños, niñas y adolescentes? Considero que no. Nadie es dueño de la verdad, ni los partidarios del bus ni sus detractores. Tampoco es correcto simplificar el debate sobre un tema complejo, denostando al que piensa distinto.
La tolerancia, que es una virtud que nos permite y facilita la vida en comunidad, se sustenta en comprender al otro, en aceptar la diversidad, lo que nos enriquece y abre nuevas perspectivas frente a temas complejos. De la transexualidad antes simplemente no se hablaba y tradicionalmente se imponía una visión discriminadora e integrista. Nuestra sociedad avanza más cuando integramos a los demás, con inclusión y respeto a formas distintas de ser y pensar.
Jaime Sotomayor Neculman abogado y magíster en gestión pública