La comunicación (y más específicamente, los medios de comunicación) juegan un rol fundamental en la lucha por el término de los campamentos y de la superación de la pobreza a nivel global. Las nuevas formas de comunicarnos, en una era tecnologizada, crean un imaginario en el que diera la sensación de estar mejor informados y conectados.
No obstante, esta nueva forma de comunicarnos es clave para entender cómo la comunicación puede transformar la realidad. Según el escritor boliviano Alfonso Gumucio-Dagron, existen ciertas condiciones indispensables para lograr este cambio.
Un ejemplo de esto es la falta de participación comunitaria en los espacios comunicacionales. Generalmente, los contenidos que vemos en los medios corresponden a intereses político-económicos, dejando de lado la opinión comunitaria. Considerar a los ciudadanos en los procesos comunicativos genera cercanía y pertenencia, algo que tanto le hace falta a nuestra sociedad hoy en día.
En la provincia de Osorno tenemos a más de 800 familias viviendo en campamentos, y que están dispuestas a trabajar de forma conjunta y con redes para mejorar su entorno y su calidad de vida. Visibilizar esta realidad significa un gran esfuerzo por parte de pobladores y medios de comunicación; y asumir que las comunidades más empobrecidas carecen de conocimiento y saber, y que el acceso a la información es un privilegio de las clases acomodadas, merma la posibilidad de la transformación que tanto necesitamos como país. El aprendizaje necesario para lograr el cambio social se logra a través del diálogo y la interacción, y en la medida que generemos contenidos propios, estaremos rescatando el saber acumulado a través de las generaciones.
Todo esto, obviamente, debe ser trabajado de la mano con las herramientas tecnológicas que nos ofrece el siglo XXI. La invitación, entonces, es a conocer la realidad que viven las familias de campamentos, a conocer sus historias, rescatar su visión y sus sueños de un país más justo y sin pobreza. Necesitamos relacionarnos con otros para fomentar el diálogo y el intercambio de ideas, basado en la tolerancia, el respeto, la equidad, la justicia social y la participación activa de todos y todas.
Giovanna Moreira Almonacid, directora regional de Techo-Chile