"Cierre de Año de Misericordia"
El domingo recién pasado se dio clausura a lo que fue el Año Santo de la Misericordia, la que si bien tenía el lema "Misericordiosos como el Padre", en Osorno convocó bajo la consigna "Re-uniendo como el Buen Pastor". La justificación de este cambio es evidente. Este jubileo comenzó con la apertura de la Puerta Santa, evento que en nuestra ciudad fue casi privado. Pero mientras se abría la puerta de madera solemne en la Catedral, quien intenta ser pastor diocesano cerraba las puertas diarias a su clero, a su laicado, a su misión.
Los seis intentos de diálogo que la Organización de Laicos y Laicas de Osorno ha intentado y que él ha desestimado, es un claro ejemplo. Y todo esto fue augurio de un año más que complejo para la diócesis, pero que el pasado 11 de noviembre, a pesar de que el obispo Barros decidió darse a la fuga, tuvo un punto alto… los obispos reunidos en Punta de Tralca decidieron recibirnos y así reconocer lo que Barros niega… que somos gente de Iglesia.
Y no bastando con eso, el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal, a nombre de los otros obispos, reconoce como legítimas nuestras protestas, ahora consistentes en levantar carteles de "Renuncia" en silencio, mientras el obispo predica.
Sin embargo, a pesar de esto, nada hacía prever la extrema violencia a la que se sometió a una delegación de nuestra organización. Un solitario obispo Barros, dado que el párroco no quiso acompañarlo, presidió primeras comuniones en Río Negro. Y mientras predicaba, nuestros letreros no alcanzaron a estar dos minutos levantados, cuando una silenciosa misa y protesta la transformaron en un caos. Nuestros nueve representantes, sin mediar provocación, recibieron combos, patadas, empujones y amenazas. A más de alguien hubo que socorrerla en el piso. Macizos hombres no tuvieron escrúpulos y trataron a mujeres con una violencia injustificable.
A lo mejor, que una religiosa con hábito haya liderado las agresiones, los motivó. Los videos son claros. Lo peor de todo es que mientras nuestra delegación sufría todo esto sin respuesta, Juan Barros observaba e invitó a cantar "Juntos como Hermanos". No hizo nada. El tiempo parece darles la razón a las víctimas que le acusan de presenciar abusos y no hacer nada. Ayer (el domingo), ante un templo lleno de niños, estaba allí parado y vio como a hermanos en la fe les pegaban y tampoco hizo ni dijo nada.
¿Es esto re-unir como el Buen Pastor? Emplazo públicamente al obispo Barros para que explique por qué en su homilía justificó la violencia escudándose en Dios y en el Papa.
Juan Carlos Claret Pool
Acoso laboral a profesores
Desde hace un tiempo se hace más frecuente en el sistema escolar el término mobbing o acoso laboral, lo que teóricamente debería quedar fuera de las prácticas internas en un establecimiento educacional, ya que se supone que desde aquí se genera la enseñanza y el aprendizaje de los valores y formas de convivencia armónica como ejemplo social.
Desafortunadamente no es así, el acoso como parte cotidiana de la vida escolar tiene como respuesta el agobio, alienación, tristeza y finalmente la depresión, alterando de esta forma la salud de los trabajadores. Nada nuevo en educación, pero esto se ha ido intensificando con las atribuciones otorgadas por leyes impuestas como la 20.501 y por un mal entendido sentido de la eficiencia, propio de un sistema competitivo e individualista, agregando además que al respecto el Ministerio de Educación lo circunscribió al ámbito de exceso de planificaciones, pero eso es sólo la punta de iceberg.
Si nosotros con nuestras prácticas diarias entre colegas no logramos desterrar el mobbing o acoso entre pares, solidarizando en vez de competir, creando climas organizacionales internos y externos que faciliten nuestro desempeño y el de quien está a nuestro lado, no habrá manera de disminuir la enorme cantidad de licencias que tanto nos echan en cara, y que en muchos casos son elementos para una operación castigo, al igual que la participación en actividades gremiales.
A veces he llegado a pensar que una nueva modificación del síndrome de Estocolmo se ha generado en educación.
Algunos colegios que alguna vez fueron acosados o sufrieron algo de agobio, cuando asumen un cargo ejecutan las mismas o peores prácticas con otros. Afortunadamente no todos. Complejo tema.
También es difícil definir la sutil línea que delimita el acoso con la solicitud de cumplimiento de funciones, me comentaba una directora. Insisto, el clima y trato interno es quien determina el desarrollo armónico del trabajo.
Elba Vargas Fuentes, vicepresidenta provincial del Colegio de Profesores de Osorno
Jadue y Garay
Chile, siendo un país tan pequeño, siempre es noticia. En esta oportunidad se ha destacado por su aporte a la humanidad con dos "vacunas": El señor Jadue y el señor Garay.
Jorge Valenzuela Araya