Correo
Abstención y legitimidad
Para un verdadero demócrata, estas elecciones municipales pasadas nos dejan un sabor amargo: el 65% de abstención es un claro mensaje para la clase política. No captar dicho mensaje quiere decir que hay un completo divorcio o nula sintonía con la ciudadanía; por eso, a mi modo de ver, no hay nada que celebrar, pero sí mucho que reflexionar y cambiar el rumbo.
La gran vedet de las municipales, la abstención, nos presenta para el futuro más dudas que certezas. Si no hay un cambio radical en la manera de hacer política, el sistema político estaría en entredicho; pues las autoridades elegidas por una minoría perderían totalmente legitimidad, y el sistema democrático estaría de a poco erosionándose desde su cimiento.
Se llegaría la conclusión que una inmensa mayoría ciudadana no se siente interpretada ni partícipe de este sistema político. Además, queda en evidencia, según los analistas políticos, que en este proceso eleccionario el electorado tradicionalmente de izquierda o de centro, un porcentaje considerable, esta vez no fue a votar.
Eso debe ser un llamado de atención muy severo para los dirigentes de este sector político; ya que en cierta medida tienen una gran responsabilidad en lo ocurrido. Comprenderán que las bases encuentran incomprensible que haya partidos que se dicen de izquierda y que algunos de sus dirigentes políticos estén involucrados en escándalos de corrupción; y por sobre todo, financiados nada menos por el yerno de Pinochet.
Carlos Angulo Benavides
Piñera y ex militares
Los resultados de la votación del domingo originó un terremoto para el Gobierno y sus afines, y a la vez la llegada de la primavera política para la oposición, potenciándose el camino presidencial de Sebastián Piñera. Para ello es indispensable evitar que este inesperado triunfo obnubile a los ganadores, ya que su lograda posición se debe más a los errores de los contrincantes que a su propia capacidad.
Sería recomendable que Piñera, si desea capitalizar bien esta nueva posición, logre armonizar su relación con los militares, alterada al trasladar innecesariamente a los uniformados presos en el Cordillera a Punta Peuco -en mayoría ancianos y enfermos crónicos, ahora varios muertos y suicidados-, incurriendo a la vez en un atentado contra seres humanos ya juzgados, castigados y amparados en un recinto autorizado y creado en el régimen democrático del ex Presidente Lagos. Los castigos asignados datan de supuestas actuaciones de unos 40 años atrás y el período transcurrido amerita dar vuelta la hoja de la evidente venganza vigente y demostrar la madurez del pueblo chileno.
David Benavente
DC y Nueva Mayoría
El ministro del Interior, Mario Fernández (DC), comenzó la relación con su partido con el pie izquierdo al decirle a la bancada de diputados que el partido era el "arroz graneado" de la Nueva Mayoría y que tenía que actuar con humildad. Él se autodefinió como el obediente ejecutor de las instrucciones de la Mandataria.
Con posterioridad, el ministro sepultó la opción presidencial de la DC al vaticinar que la elección presidencial sería entre Sebastián Piñera y Ricardo Lagos. No obstante sus actuaciones y dichos, el ministro Fernández reclamó que no se sentía suficientemente apoyado por la colectividad.
En el advenimiento de la democracia, la DC se incorporó como principal partido a la Concertación, gobernando con sus antiguos rivales de izquierda, pero a medida que pasaba el tiempo, el partido debió renunciar a ciertos privilegios que ostentaba como partido mayoritario. Su posición para competir por la Presidencia de la República se terminó en 1999, cuando Ricardo Lagos se alzó exitosamente por sobre Andrés Zaldívar; Soledad Alvear debió renunciar a sus aspiraciones en favor de Michelle Bachelet en 2005; Eduardo Frei fue derrotado por Sebastián Piñera en 2009.
Los resultados de las elecciones de alcaldes y concejales mostraron que en Chile el cuadro político se está inclinando hacia profundos cambios y la crisis de representación se ha profundizado como resultado de la corrupción. Para subsistir, la DC debe recobrar su propia identidad; de otro modo puede sucederle lo mismo que le pasó a la DC en Italia, esto es, llegar a una completa irrelevancia,tanto que tuvo que cambiarse de nombre. La DC italiana desapareció en la primera mitad de los años 90, fraccionándose en varios partidos a causa de los escándalos de corrupción que acabaron con los partidos tradicionales. Hay que aprender de la historia.
Mauricio Pilleux Dresdner
Agradecimientos al diario
El Centro para la Integración Jerome Bruner desea expresar sus agradecimientos por su valiosa colaboración, la cual permitió llevar a cabo la Segunda Corrida Familiar organizada por el centro.
Gracias por la cobertura otorgada a nuestra actividad.
Patricia Parra Uribe, subdirectora del Centro para la Integración Jerome Bruner