Héroe osornino
El 23 de julio se cumplirá un nuevo aniversario del fallecimiento del héroe osornino Juan Amador Barrientos, el primer marino chileno que saltó a la Playa Blanca de Pisagua, liderando un puñado de valientes atacameños y plantó la enseña patria en un promontorio rocoso en aquel entonces territorio peruano, en el inicio de la invasión de Tarapacá aquel 2 de noviembre de 1879.
Estos últimos años han sido muy positivos en la rehabilitación histórica del héroe. La Armada le restituyó el grado de Capitán de Corbeta que le concediera el Presidente Balmaceda y que le fuera desconocido por el gobierno revolucionario que le precedió. Además, el investigador histórico Carlos Martínez Hernández editó un valioso libro intitulado "Dos héroes, dos banderas", que trata sobre sus gloriosas actuaciones en la Guerra del Pacífico de 1879 y otros antecedentes de su vida, así como la de otro gran héroe, Rafael Torreblanca, libro que aporta valiosos datos hasta ahora desconocidos.
La ciudad de Osorno, comparada con otras que se esmeran en ensalzar a sus propios héroes, ha sido avara en recordar la figura de Barrientos. Podríamos compararla con una ciudad extranjera, mejor dicho con una ciudad que permanece extraña, ajena a los sacrificios heroicos que realizó este héroe hijo de Osorno durante la Guerra del Pacífico por amor a Chile. Consciente que son otros los tiempos, otros los valores, amén del dinero, y otros los "héroes" que se inmortalizan, cual es el caso del arquero de la selección nacional de fútbol de Chile al que la ciudad de Buin próximamente inmortalizará en un monumento a su memoria.
Triste comparación con el caso de Juan Amador Barrientos, que al cumplirse 95 años de su muerte sólo con el nombre de una calle se le recuerde, careciendo hasta ahora no digamos de un monumento, sino de un simple busto, en circunstancia que la plaza principal de la ciudad ostenta orgullosa su homenaje a un toro, robusto bovino de fina estampa y alto rendimiento.
Como sobrino nieto del héroe, creo tener derecho a preguntar: ¿Cuántos años más debemos esperar para ver erigido, cual se lo merece, un monumento en su nombre?
Juan Amador Barrientos Maturana
Veredas de Los Carrera
No bastando con el largo período de trabajo en las calles del centro de Osorno, ahora se han sumado las veredas de la calle Los Carrera, que han sido prácticamente abandonadas por la empresa a cargo.
¿Por qué el Serviu no es capaz de levantar la voz y exigir a la firma que retome las faenas?
Patricio Herrera
Lagos y Velasco
Ya aprontándonos para las elecciones presidenciales, se ha hecho notar en la opinión y aparición pública dos candidatos que presentan y representan de manera audaz la visión reformadora de la tercera vía de su ideólogo Anthony Giddens. Ricardo Lagos, con un tono mas conciliador, socialdemócrata y de Estado; y por otro lado Andrés Velasco, liberal progresista y de acuerdos.
Chile está en el limbo en cuanto a las reformas que van avanzando, las cuales se podría decir que tienen un fondo reformador, pero en la práctica están mal hechas. El próximo año los electores tendrán la oportunidad de cambiar el rumbo del país en cuanto a como se va a afrontar la economía, la salud y la educación en el corto y largo plazo con miras al 2040.
Aquí hay dos cartas con mirada de futuro y largo plazo, una carta con experiencia que tiene poder de decisión y tiene mirada de Estado, Ricardo Lagos, y por último una carta más liberal y tecnocrática, Andrés Velasco. Si los ciudadanos están pensando en una estabilidad política democrática y social con mirada de futuro, una de estas dos cartas será la que se imponga en las próximas elecciones.
César Cerón Barrientos
Chile y Platón
La actualidad chilena me recuerda la alegoría de la caverna de Platón para diferenciar el mundo sensible de la realidad profunda y concreta, donde los hombres se encuentran encadenados e imposibilitados de mirar hacia atrás, hacia la luz, separada por un muro donde otros hombres hacen pasar en alto las verdades para que reflejen en el fondo de la caverna las sombras de ellas.
Asemejo a los ciudadanos comunes con los encadenados y a los pasadores de verdades oscurecidas, a la clase política y los poderes fácticos. De vez en cuando algunos encadenados se escapan o pueden darse vuelta para ver la luz y la verdad, logrando comunicárselas a los demás, como los hechos de corrupción, cohecho, pensiones, jubilaciones, robos, reformas no planificadas, demagogia, negociados, nepotismo y suma y sigue.
Los pasadores de verdades refugiados en una democracia enloquecida presentan sombras de candidatos que prometen liberar a los ciudadanos, que continuarán viendo mentiras. Platón debió ser chileno.
Marcos Concha Valencia