Cristo Roto
A muchos nos consternaron las dramáticas imágenes del cierre de la marcha estudiantil que culminó con un Cristo robado y roto. La cruz reviste un significado muy profundo para el mundo cristiano, y romper lo más sagrado de uno con alevosía, es hiriente. No cabe duda.
Juan Carlos Claret Pool
Crimen de guardia
Diariamente, las noticias nos informan de asesinatos cometidos por encapuchados, terroristas y violentistas que asaltan y roban a inocentes, o uxoricidios donde el cónyuge asesina a su esposa sin misericordia. La violencia se ha apoderado de nuestro Chile y no se observa a ningún poder del Estado preocupado por ponerle freno.
Las penas disminuyeron y el nuevo Código Penal es permisivo en aplicar justicia. Los delincuentes lo saben y su número aumenta. El joven de iniciales B.A.A.P. que asesinó a un guardia de supermercado en Osorno andaba armado con cortaplumas y no trepidó en asesinar al funcionario cuando fue sorprendido robando. Arriesga una ridícula pena de 10 años. Celestino Córdova, uno de los terroristas que asesinaron y quemaron vivos al matrimonio Luchsinger Mac Kay en Cautín fue condenado a una corta pena 18 años de cárcel. ¿Tan poco vale la vida para los legisladores que determinaron estos escuálidos castigos por quitar la vida?
Antiguamente, los asesinos arriesgaban incluso la pena de muerte y quizás ello frenaba la comisión de estos delitos. Los jueces aplican leyes, pero las leyes son dictadas por los legisladores. En ellos recae la responsabilidad de la violencia en el Chile actual.
Rodrigo Montesinos V.
Indemnización
En ocasiones me cuestiono si acaso todos los chilenos vivimos en la misma dimensión, a propósito de la indemnización que solicitan al Estado los ex-conscriptos en calidad de "víctimas de la dictadura".
No obstante, tomar conocimiento de tan original iniciativa como medio de atraer recursos después de cuarenta años de aquello, me provoca otro planteamiento en la misma línea. Los diez o doce millones de chilenos que no estuvimos de acuerdo con el proyecto político de la UP, y que por su causa también estuvimos bajo dictadura, merecemos una indemnización del Estado de igual modo, por haber vivido una experiencia no solicitada, sino forzada por políticos inescrupulosos. El Estado somos todos, de modo que tendríamos que exceptuar a quienes fueron partidarios de la UP, que dicho sea de paso ya están indemnizados, por lo que solo faltamos nosotros, los que pujamos durante 17 años para salir adelante.
Sergio Valenzuela Benavente