El día lunes el diario El Mercurio publicó una columna de Sergio Bitar respecto de cómo priorizar la educación técnica en la reforma de la educación superior. En ella señala 10 aspectos de cómo se debe fortalecer esta formación y su importancia para el futuro de la economía chilena y su capacidad de innovación. A medida que fui leyendo no podía estar más de acuerdo con los puntos señalados ahí, hasta que llegué al punto número 9 respecto de la educación técnica de nivel medio, en el cual propone suprimirla de manera gradual, favoreciendo los aprendizajes en ciencias y humanidades, y señalando que la opción técnica se debe ofrecer de manera gratuita en dos años de educación superior.
Claramente no puedo estar más en desacuerdo con esta afirmación y a mi parecer vuelve a representar la mirada centralista de las personas que hacen o proponen las políticas públicas en nuestro país. La opción propuesta podría ser válida en Santiago o las capitales regionales, donde las estudiantes al terminar cuarto medio tienen una amplia opción de centros de formación técnica o institutos profesionales donde seguir estudiando en caso que fuera gratis, ¿pero qué pasa con los estudiantes de San Juan de La Costa, Chiloé, Hornopirén o cualquier otra zona alejada del país? Ellos no tienen como acceder a la educación superior sin tener que cubrir todos los otros gastos que significan dejar tu familia y ciudad, perdiendo además estas redes de apoyo que son tan importantes a esta edad.
Por otro lado, es una realidad que muchos estudiantes necesitan salir a trabajar al terminar cuarto medio para poder colaborar con los ingresos de sus hogares o sus propias familias que ya han empezado a formar a tan temprana edad. Entonces, ¿le vamos a quitar a estos jóvenes la posibilidad de tener un título técnico que les permita acceder a un trabajo más calificado, porque hoy esta educación es insuficiente, según señala Bitar? Esto es querer hacerse el ciego frente a una realidad que se puede ir solucionando con acciones concretas y verdadera voluntad política, la que ciertamente no han tenido los últimos gobiernos, de poner la educación técnica en el sitial que se merece dentro del sistema educativo.
Cristóbal García, director ejecutivo de la ONG Canales