Miedo
Lo que se vivió el día sábado, ad portas de cumplirse un año desde el nombramiento del obispo Barros en Osorno, fue una Ocupación Litúrgica.
Ocupación, porque se reclamó lo que desde hace 365 días quedó en tierra de nadie y de la cual varios se automarginaron, o peor, muchos más fueron marginados. Fue Litúrgica, porque se oró y cantó, y si en la catedral había algún sacramento, se acompañaría. Todo pacífico.
Se entró en silencio y se salió de la misma forma antes del cierre habitual de la Catedral al mediodía, esto, porque no era una toma.
Sin embargo, incluso varios medios lo destacaron, cuesta entender los dichos del padre Bello, porque ¿desde cuándo para entrar a orar a la catedral se necesita pedir permiso a la autoridad?, ¿desde cuándo el principal templo de la Diócesis es propiedad privada?, ¿desde cuándo un sacerdote desconoce a su propia comunidad?
Si un sacerdote con tanta formación públicamente dice algo que no se sostiene, debe ser porque estaba exaltado, pero, ¿a qué se deberá su exaltación?
Freud, padre del sicoanálisis, entendió el miedo neurótico como aquel que no se condice con un peligro real. Y precisamente eso es lo que sucede hoy en la diócesis: muchos ven en los que nos oponemos al obispo, un peligro, siendo la verdad, que con ellos compartimos una historia común, somos amigos. O sea, ¿qué peligro puede haber?
Quizás, este es el mayor daño causado por Barros al disfrazar de martirio su abuso de poder: aparentar que con él están los buenos y piadosos, y por otro, los enemigos. Lamentablemente, esta dialéctica insana que lleva al miedo descrito por Freud, fue profundizado por el mismo Papa Francisco al tratar de tontos y zurdos a quienes nos oponemos al obispo.
Con sus dichos sobre Osorno, quien debe custodiar la comunión, sólo profundizó la crisis, pues ¿cómo catalogarnos de zurdos cuando somos los que le imputamos a un gobierno socialista el haber negociado la diócesis con el nuncio apostólico?
Si hoy en la diócesis hay miedo, cabe preguntarse, ¿qué motiva a los opositores al obispo a continuar en su convicción después de un año? Claramente, un obispo, generalmente, no es tan importante en la vida de uno como para interesarnos tanto, pero sí lo es la comunidad: que es a la que uno pertenece, aquella que ha sido herida por una negociación, y que ha visto distanciados a quienes son amigos. Precisamente, por eso se continúa, no por un acto de puritanismo, sino por un fin comunitario.
Basura
Pero, ¿Qué podemos hacer? Por un lado, se deben seguir difundiendo iniciativas privadas y estatales que apunten a sensibilizar a la sociedad respecto a qué debe hacer con estos desechos, pues no todos pueden terminar en un tarro basurero. De ahí, que es fundamental promover y practicar con mayor fuerza los conceptos de reciclar, reutilizar y reducir, más conocidos como la Regla de las 3 Erres.
Por otro lado, es importante el compromiso individual de cada persona, ya sea utilizando y exigiendo el uso los contenedores para vidrio, papel y plástico, en lugares públicos y en los edificios residenciales, entre otros.
Si aplicamos estas simples medidas estaremos mejorando el medio ambiente, limpiado nuestras calles, le daremos otro uso a un producto o bien lo podremos transformar en un nuevo producto, y por último, habrá ahorro de recursos.
En este país las postas de salud primaria en las poblaciones no tienen muchas veces remedios ni algodón...faltan ecógrafos y la gente muere sin haberse hecho ni siquiera el examen...Resonancia magnética con hora para tres o cuatro meses...sin embargo, algunas municipalidades botan millones en fuegos artificiales. ¡Alguien está mal en Chile.
Carlivan Espinoza
"Violación a la morada", "invasión", "provocación", "no pidieron permiso", entre otros, fueron los categóricos dichos del sacerdote Mauricio Bello, vicario de la Catedral, al grupo de personas de la Organización de Laicos y Laicas de Osorno que ingresaron a ese templo simplemente a orar y cantar.
Juan Carlos S. Claret Pool
En medio de la alegría que significa para las personas la reciente celebración del año nuevo, también existe un triste saldo que en esta misma fecha se repite: la basura tirada en las calles.
Según algunos medios de prensa, solo en Valparaíso tuvimos 400 toneladas de basura, en la Torre Entel fueron 30 y en otras regiones del país, también se registraron situaciones similares.
Jadille Mussa C., directora Escuela Arquitectura del Paisaje Universidad Central de Chile
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