Mujeres buscan salir de la pobreza a través de la costura y repostería
EMPLEO. Dueñas de casa de dos asentamientos irregulares se unieron para convertirse en emprendedoras mediante la enseñanza recíproca de sus habilidades y así obtener recursos para cubrir sus gastos.
La mujer, al igual que las demás participantes en los cursos, busca salir de la pobreza de los campamentos precisamente con este tipo de labores, y trabajar de forma independiente en temas que, según confiesa, siempre le gustaron.
"He trabajado siempre en cosas de hombre, como la construcción y el cuidado de áreas verdes. Ahora aprendí a confeccionar cortinas, manteles, calzas, polerones para mi familia y pronto planeo vender a pedido", afirmó la dueña de casa.
Hoy en día, María Cristina, madre de tres hijos, de 20, 19 y 13 años, participa en un taller de aprendizaje popular de repostería donde aprendió a realizar tortas de chuño, las que vende en el campamento debido a las buenas recomendaciones de sus vecinos y personas de otros sectores de la ciudad que conocieron su habilidad.
Un momento de tranquilidad y alegría que goza en la actualidad tras vivir una vida difícil, ya que se crió en un ambiente de violencia intrafamiliar y luego tuvo que pasar por similares episodios con su pareja, hechos que provocaron su separación. Y para continuar adelante tuvo que ser padre y madre para sus hijos.
"En ese momento quedé sola con mis hijos y tenía que hacer milagros para que la plata rindiera", recordó.
Fue así que con dificultad la madre esforzada pudo sobrellevar la adversidad y le inculcó a sus hijos valores de honestidad y perseverancia a través de su ejemplo, el cual fue replicado por uno de ellos, Cristian, de 19 años, quien a los 5 años comenzó a trabajar en pequeños trabajos como cortar leña o limpiar sitios de otras casas y ahora estudia y trabaja para solventar sus gastos.
"Con sacrificio fui logrando muchas cosas en el camino, por lo que incentivo a mis hijos y les digo que todo no es fácil en la vida y que deben luchar para lograr sus metas. Eso aprendió Cristian, porque el no sale de vacaciones como los demás jóvenes, se esfuerza, compra su ropa, zapatos y útiles escolares", expresó la mamá emocionada y orgullosa.
El joven de 19 años estudia instalación sanitaria en el Liceo Industrial de Osorno y a futuro quiere especializarse en el rubro e ingresar a trabajar en una empresa o como particular.
En el campamento El Esfuerzo, también en Rahue Alto, vive Ximena Lagos junto a su pareja Marcelo Caucamán (presidente del comité y asentamiento) y sus dos hijos menores de 17 y 16 años (en total tiene seis hijos).
En la actualidad Ximena se desempeña como profesora de uno de los talleres de repostería donde participan 8 alumnas del campamento, las cuales logró contactar sin conocerlas y a través de un puerta a puerta.
"Siempre quise ser profesora y más de repostería, porque ya hacía alimentos para la casa y me encargaban. Por eso, Techo Chile y la propia gente me eligieron como maestra", aseguró Ximena.
Desde el año pasado ella participa activamente en talleres siendo primero alumna del taller de costura, enfocado en bordado ruso y este año ya está ejecutando su tercer taller de repostería, aunque en esta ocasión como profesora. En el curso están elaborando pan de pascua, cola de mono y galletas de navidad, productos que se comercializan en las ferias.
"Algunas de mis estudiantes no podían hacer funcionar las máquinas que prestó Techo Chile, como licuadoras, jugueras, cocinas y ahora realizan diversos productos que venden en las ferias de las calles Chacarillas y Bolivia los viernes, sábado y domingo", detalló entusiasta la profesora.
Mientras Ximena desarrolla sus talleres, también planea su matrimonio con Marcelo, el que se realizará en el mismo campamento el 19 de diciembre; y para el 27 del mismo mes ya se está preparando la ceremonia de graduación de sus alumnas, actividad organizada por Techo Chile.
Talleres
Desde su implementación en 2009 a nivel nacional, las iniciativas pretenden fortalecer la organización comunitaria a través de la educación popular, donde una persona del campamento que maneja un oficio le enseña a otras, generándose así una retroalimentación de conocimientos para abrir nuevos horizontes personales y económicos mediante las 15 clases que conforman cada taller.
En estas jornadas las personas desarrollan capacidades técnicas, "pero fundamentalmente los alumnos profesionalizan sus habilidades, luchan por sus sueños y puedan afianzar los lazos de compañerismo y amistad, interrelacionando sus historias de vida. Se apoyan mutuamente en comunidad", señalaron en Techo Chile.
"Aprendí a confeccionar cortinas, manteles, calzas, polerones para mi familia y pronto planeo vender a pedido".
María Cristina Marimán, Habitante de campamento
Dato
Ingresos El 61,8 por ciento de las personas que trabajan en los campamentos gana menos del sueldo mínimo.
95 por ciento de las mujeres mayores de 15 años que viven en campamentos realizan algún trabajo sin salario fijo; y el 65,9% está inactivo.
11 por ciento es la cesantía en los campamentos de la Región de Los Lagos, el triple en comparación con el porcentaje a nivel nacional.
50 mujeres participan actualmente de los talleres de aprendizaje popular en diversos campamentos de la ciudad.
Desde su infancia María Cristina Marimán, habitante desde hace 4 años en el campamento Avenida Real de Rahue Alto, ha soñado con ser "costurera", como ella dice, anhelo que se ha cumplido gracias a uno de los talleres de aprendizaje popular de costura, corte y confección que realiza Techo Chile en los diversos campamentos del país y Osorno.