Escapó del volcán Chaitén y ahora vive para contar que también sobrevivió al Calbuco
angustia. Emanuel Flores (22) era hasta ayer el único desaparecido de la tragedia del volcán; sin embargo, un milagro lo mantuvo con vida y fue encontrado ayer por un lugareño.
El 22 de abril, Emanuel Flores Figueroa, joven de 22 años, salió desde su casa en el sector Altos de Alerce, con el desafío de hacer cumbre en el volcán Calbuco, sin pensar que una erupción lo sorprendería a escasos kilómetros del cráter del macizo.
El técnico en turismo, egresado hace un par de años del Liceo Politécnico de la ciudad satélite, emprendió la aventura junto a otros dos amigos. Cuando se encontraban en las cercanías del refugio, ubicado en la ruta de acceso al volcán por el cauce del Río Blanco en la Reserva Nacional Llanquihue, se desató la furia del gigante. Sus compañeros de travesía regresaron, pero Emanuel quedó en el macizo, sin ser ubicado hasta ahora.
"Nuestra familia es de Futaleufú, por motivos el trabajo de mi papá nos trasladamos a vivir a Chaitén, donde trabajaba como conductor de un vehículo municipal. En mayo de 2008 fuimos desplazados por la erupción del volcán, por lo que llegamos a Puerto Montt", contó Joel Flores, hermano del deportista que ayer en la mañana era intensamente buscado por funcionarios de Conaf, efectivos del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (Gope) de Carabineros, y voluntarios del Cuerpo de Socorro Andino.
Angustia
Para la familia Flores Figueroa, ésta se transformó en la segunda erupción volcánica de sus vidas; antes, estuvieron más al sur en 2008. "En Chaitén dejamos nuestro hogar, pero esta vez la preocupación es mucho mayor porque no sabemos nada de mi hermano; es una situación muy angustiante", sostenía el familiar por la mañana.
Joel, con 39 años, es el mayor de los hijos de la familia, y tras el extravío de su hermano le embargaba un profundo sentimiento de responsabilidad. En Futaleufú trabajó como guía de rafting y en el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales practicó canyoning, hiking y canopy, y fue él quien enseñó sus primeros pasos en el montañismo a Emanuel.
Junto a un primo, la noche del miércoles, en una acción desesperada, Joel se internó en los faldeos del volcán intentando dar con el paradero de su hermano, siendo sorprendido por el segundo pulso eruptivo, el que se inició pasada la medianoche. "Llevábamos cerca de 40 minutos de ascenso por el sendero de río Blanco, cuando decidimos abandonar el lugar ante la nueva erupción. Antes de eso, era una boca de lobo, no veíamos nada, y sólo nos alumbrábamos con la linterna de nuestros celulares. Con el apoyo de dos voluntarios del Cuerpo de Socorro Andino, llegamos hasta la casa del guardaparques, donde se registran los excursionistas que quieren acceder al volcán", relató.
Final feliz
Ayer, cerca del mediodía, la carrera para encontrar a Emanuel Flores se realizaba contra el tiempo, hasta que la familia recibió un llamado que les cambió el panorama.
Tras horas de angustia, un llamado telefónico y rumores sobre la aparición del joven llegaban a la familia. ¿Qué pasó?
Según explicaron desde el Cuerpo de Socorro Andino, el joven les contó que pasó la noche en un zanjón y como a las 4 A.M. fue arrastrado por un aluvión que lo desplazó hasta un valle, allí se afirmó de la rama de un árbol hasta que se durmió. Luego despertó en horas de la mañana y allí vio a un hombre buscando unos animales, y le empezó a gritar. Ese hombre era Alfredo Jaraguala, residente del sector, quien lo llevó a su casa y le permitió hacer llamados telefónicos para poder comunicarse con familiares.
Ahí, la información llegó a Socorro Andino. La historia desde ahí será, simplemente, para contar por generaciones y generaciones: Socorro Andino y Carabineros lograron llevar al joven con su familia, reencontrándose en un momento de enorme emotividad. Desde hoy, Emanuel puede contar que no sólo sobrevivió a una erupción volcánica, sino a dos.