Correo
Escándalo de las licencias I
Resulta difícil creer que los miles de funcionarios que solicitaron licencias para viajar fuera del país fueron capaces de fingir síntomas para engañar al profesional de la salud que extendió dichos permisos. La licencia médica falsa tiene dos responsables. El que la pide y el que la otorga.
No sería extraño que, indagando un poco más profundamente en los datos de Contraloría, comiencen a repetirse los nombres de quienes extendieron, ya fuera como favor o como negocio, la dichosa licencia. Por cierto, si esto fuera un negocio resultaría todavía peor.
Otra arista, más difícil de comprobar por la falta de trazabilidad, es el caso de quienes han pedido licencias falsas para viajar dentro del país, a un partido clásico, a un concierto, al matrimonio de un pariente. Lamentablemente, esto no es nada nuevo. Se trata de un rasgo característico de nuestra identidad.
La picardía del chileno no es otra cosa que esa tendencia nacional a doblarle la mano al sistema, saltándose la fila en el banco, evadiendo el pago de la locomoción colectiva, imprimiendo las tareas de los hijos en la oficina, pidiendo licencias falsas (vendiéndolas), usando la tarjeta de la empresa para cargar bencina en el auto propio, etcétera.
No es una conducta exclusiva del sistema público. En el mundo privado también ocurre, y mucho, pero a ellos no los fiscaliza nadie. La justificación la tenemos al alcance de la mano: si los ricos y los políticos roban, entonces por qué yo no. Y en ese círculo vicioso terminamos girando como caballo de calesita. A veces abajo, a veces arriba, pero siempre en el mismo compás.
Pedro Carrasco Flores
Escándalo de las licencias II
Revuelo ha causado el tema de funcionarios públicos que en uso de licencia médica han salido del país. Para establecer lo anterior, hubo un cruce de información entre la Contraloría General de la República y la Policía de Investigaciones.
Como es sabido, a la PDI le corresponde controlar el ingreso y egreso de personas hacia o desde el territorio nacional; por lo tanto, si ello se hace por pasos debidamente habilitados, la información existe. Caso contrario, es el tránsito por pasos ilegales.
La PDI, como entidad contralora, no puede impedir que nacionales o extranjeros salgan o ingresen al país, salvo la existencia de un arraigo, orden de detención vigente o alerta internacional, que emana desde Interpol y que se transmite a Interpol Chile. Hace pocos días, escuchaba a un ex ministro de Salud, quien planteaba que debiera haber un cruce de información hacia la PDI, para que esta institución pudiera informar sobre personas con licencias médicas, pero creo ello ya no será necesario, debido a que se tomará conciencia de lo ocurrido. Además, si se considera como falta de probidad, la medida disciplinaria que se debiera aplicar es la destitución.
Alberto Contreras Silva
Escándalo de las licencias III
Al abrir la página web de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji), se puede ver una imagen que reza: "La educación pública parvularia avanza". Pero no se entusiasme, la Contraloría constató que 2.280 funcionarios de la entidad gozan de licencia médica consistente en reposo por 17,7 días, y que dichos funcionarios habrían salido del país (sin ver alterados sus ingresos financiados por todos los chilenos); es decir, el 15% de los trabajadores representados por la Asociación de la Junta Nacional de Jardines Infantiles.
Esta carencia de probidad pública perjudica los intereses de la infancia. Al respecto, me gustaría agregar el siguiente elemento: podemos constatar, según la Radiografía de Niños, Niñas y Adolescentes (desarrollada por Claro Chile y Criteria Research el año 2025), que al menos el 55% de los niños declara haber "usado por primera vez un celular, tablet o computador antes de los 7 años", esto en el contexto que Estudios sobre el Bienestar Digital advierten sobre los efectos negativos del uso temprano de móviles en el desarrollo cerebral y la interacción social: "La luz, el color y el movimiento… favorecen el aislamiento" (referencia extraída de la plataforma Redes con Corazón, España, proyecto que previene el ciberacoso y otras formas de violencia online).
Por lo tanto, habiendo precedentes de que nuestros niños están quedando relegados en el hogar con un celular (el cual saben usar aun antes de saber leer y escribir) y que 2.280 funcionarios, cuyo objeto es proporcionar educación parvularia y constituir espacio que libere a la primera infancia de las redes digitales, es una pésima señal y que demuestra, una vez más, que la niñez desde la gestión pública está siendo desplazada de la primera, a la última fila.
Nicolás Gómez Orrego
Escándalo de las licencias IV
Las licencias falsas con viaje al extranjero es la punta del iceberg de muchísimas otras en que los licenciados se mantienen en el país, desarrollando otras actividades. Auspician esta aseveración las estadísticas que muestran las cantidades de licencias otorgadas y su duración.
Los servicios públicos rasgan vestiduras y aseguran que con una investigación sumaria exhaustiva se sancionará a los culpables; aunque así fuese, no solucionará el problema que aqueja a la sociedad.
Sin duda, los actos de corrupción que se investigan en diferentes ámbitos llevan a pensar a algunos ciudadanos que: "Si ellos lo hacen, por qué no puedo pedir una licencia para ayudarme". Las medidas coercitivas que se tomen para evitar estas licencias falsas, tarde o temprano serán nuevamente letra muerta.
Finalmente, se llega a la conclusión que es un problema ético y sólo es posible solucionarlo educando en el tema a los niños y jóvenes, junto a sus padres y apoderados.
Es a muy largo plazo, pero vale la pena intentarlo.
Marcos Concha Valencia