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de los desastres que enfrenta con frecuencia la zona tienen como protocolo evacuar los espacios cerrados y buscar áreas seguras que ya están señalizadas. La ciudadanía, por décadas, ha ido adquiriendo experiencia frente a terremotos, tsunamis, inundaciones, entre otros. La infraestructura pública y privada también ha sido diseñada para sufrir el menor daño posible.

En eventos naturales causados por vientos existe una preparación previa de la infraestructura. En países donde se generan con frecuencia tornados y trombas, hay refugios públicos subterráneos, las casas poseen sótanos, etc. Esto se debe a que el mayor peligro es exponerse a la fuerza del viento, ya que pueden ser arrastrados o golpeados objetos como techumbres, cercos, e incluso, si es de mayor intensidad, vehículos y casas.

Preparación

Jaime Bertín, alcalde de Osorno, explicó que la comuna cuenta con infraestructura que, al menos en una primera instancia, podría servir como opción de protección para la comunidad. "Pero eso debemos verificarlo, y en eso estamos. Es un tema que no podemos obviar, y las autoridades nacionales tampoco. La ciudadanía, en momentos complejos como lo vivido en Puerto Varas, espera respuestas rápidas y mensajes claros desde las autoridades. Si ya existen varios antecedentes de tornados y trombas, avancemos en esa línea preventiva", enfatizó.

Enrique Jaque, director de Seguridad Pública del municipio de Osorno, precisó que lo fundamental para poder estar preparados ante una emergencia es saber con anterioridad con qué herramientas se cuenta: capital humano, infraestructura, planes de acción, entre otros.

"Cuando la emergencia ocurre, por supuesto que las cosas cambian, pero tienes una base para ordenar rápidamente la respuesta que entregarás. Lo primero siempre es el resguardo de la vida de las personas, ponerlas a salvo, y después ver lo más inmediato a resolver y cómo lo harás. En el caso de eventos como un tornado, el país está recién comenzando a ver cómo afrontarlos, y eso es un tremendo desafío que, como comuna, ya estamos comenzando a abordar", explicó.

Precisó que lo primero es identificar qué se requiere para enfrentar una emergencia cuya respuesta es muy distinta, por ejemplo, a la de un terremoto. "Tuve la oportunidad de estar un tiempo importante en una zona de Estados Unidos donde se provocan grandes tornados, y claramente tienen un sistema preparado, primero, para resguardar la vida de las personas. Las casas tienen sótanos, hay sistemas de alerta que funcionan porque existen zonas de seguridad en cada hogar y, si están en la vía pública, hay refugios. Eso acá no existe. Y claro, los tornados que enfrenta Chile son de una categoría mucho menor, pero es necesario desde ya comenzar a planificar emergencias por vientos de gran velocidad, que, según se dice, llegaron para quedarse", argumentó el directivo.

El resto de las comunas están trabajando en la misma línea, incorporando el riesgo de tornados en sus respectivos Planes de Emergencia Comunales.

Una adecuación social

Guillermo Díaz, director del Centro de Estudios del Desarrollo Regional y Políticas Públicas (Ceder) de la Universidad de Los Lagos, explicó que el país cuenta con una institucionalidad pública para la gestión de desastres más completa desde el gran terremoto de 2010.

"Incorporar este tipo de riesgo -tornado o trombas- es una innovación dentro del sistema que tiene el Estado para prepararse y enfrentar desastres. Toda política pública e intervención estatal debe adaptarse a los nuevos contextos, sobre todo cuando se trata de fenómenos que han llegado para quedarse. Este es un desafío para los municipios y todos los niveles de gobierno (provincial, regional y nacional). En su momento, los incendios forestales no contaban con planes para enfrentarlos, pero el Estado fue capaz de reaccionar y actualmente existen planes por riesgo de incendios forestales", detalló el profesional.

Agregó que lo más necesario es educar a la población sobre cómo enfrentar una emergencia cuya respuesta no está interiorizada, como sí ocurre en el caso de terremotos o inundaciones. "Cuando el Estado se prepara reconociendo el riesgo como real e integrándolo a sus políticas públicas, la gente también le da importancia. Eso es clave, porque estas emergencias requieren planes de acción que vayan desde lo particular del hogar hasta lo nacional", precisó.

Finalmente, argumentó que "por eso es tan importante que los municipios lo incorporen, porque son los primeros que podrán generar información para que la comunidad reaccione ante estos eventos, y eso incluye la prevención. También es fundamental que la comunidad se informe a través de canales oficiales, porque las redes sociales, en estas instancias, pueden generar un daño irreparable. Estamos comenzando, pero es un avance que exista la voluntad de trabajar en una gestión pública local, provincial y regional asociada a un riesgo que, como ya vimos, puede convertirse en una emergencia real, como ocurrió en Puerto Varas".

5 tipos de amenazas son las consideradas como base en el plan de emergencia provincial: sísmica y de tsunami, volcánica, remoción de masas, inundaciones e incendios forestales.

2 planes regionales generales están vigentes en la región: para la Reducción de Riesgo de Desastres y Emergencia Regional. Se suman 5 planes específicos asociados al tipo de riesgo como el volcánico.

6 comunas de la provincia cuentan con un plan de emergencia actualizado, excepto Puerto Octay. Los planes son aprobados por Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred).