Isabel Allende es investida honoris causa en España y deposita su "legado" en la Caja de las Letras
La escritora Isabel Allende, la autora más leída en español, aseguró este jueves, en su discurso de investidura como doctora honoris causa en Humanidades por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), que "memoria y literatura son inseparables" y que ambas la han definido.
"Para quienes carecemos de raíces, la memoria es indispensable", dijo Allende. "He sido siempre extranjera, refugiada, inmigrante, estoy de visita en la Tierra", agregó durante su investidura en la sede del Instituto Cervantes; también dijo entender la escritura como "un intento de comprender la confusión de la vida y de preservar la memoria" y reivindicó el poder de la palabra escrita "como medio de comunicación, no como un fin en si mismo".
Recordó que su primera novela, 'La casa de los espíritus', se gestó "en la nostalgia del exilio", con la casa de sus abuelos como lugar de inspiración y evocó una infancia marcada por "la inseguridad y el temor" como, a su juicio, les ocurre a casi todos los niños. "Ese cuento de la infancia feliz es un invento americano".
Una vida llena de "momentos oscuros y luminosos" y un "destino novelesco", con éxitos, amores, pérdidas, separaciones y lagrimas son la "realidad caótica" que ha nutrido sus libros. "La memoria y la literatura son inseparables, ambas me han definido", subrayó.
Autora de 30 libros, se declaró "adicta a las historias" y afirmó que, a sus 82 años, aún sigue viviendo años de creatividad y entusiasmo, aunque el tiempo cada vez le cunda menos.
También reivindicó su faceta de activista, aunque "con más humildad", en un mundo "que se está rompiendo a pedazos". Consciente de que su labor "es una gota de agua en un desierto de necesidades", afirmó que eso no la paraliza. "Espero seguir escribiendo hasta mi último soplo de vida, si no escribo se me seca el alma".
La UIMP le entregó esta distinción por ser "una de las escritoras más influyentes de la literatura latinoamericana (...) por su capacidad para entrelazar memoria personal y colectiva y la realidad con una fantasía evocadora de la magia y el misterio de Latinoamérica".
La autora además depositó en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes un manuscrito de 'La casa de los espíritus' (1982), junto a un ejemplar de su primera edición.