De pinchazos y anime
En estas últimas semanas, han estado "entretenidas" las noticias en el quehacer del país. Desde pinchazos telefónicos al presidente hasta un discurso de este hablando de anime.
Como es costumbre en nuestro país polarizado y cahuinero, han surgido dos percepciones diametralmente opuestas, cada una digna de análisis o, al menos, de reflexión. Esta polarización, no sólo de ideologías, sino también de la manera de entender los hechos y la realidad, puede llegar a ser peligrosa, ya que influye en las decisiones futuras sobre quiénes nos gobiernan. Ir a votar es fácil, y hacerlo por quien nos apasiona según nuestras ideologías también lo es, pero nadie se hace responsable de lo que estos hacen o harán después (ya lo vemos con Milei en Argentina).
Entonces, vamos por partes. Investigar al presidente por sospechas de corrupción o delito está muy bien, pues la igualdad ante la ley es un derecho constitucional y debe aplicarse caiga quien caiga. Pero usar artimañas, pinchando el teléfono de un tercero que nada tiene que ver con la investigación, es un delito. Que además las policías se presten para ello es aún más grave. Ya lo sentenció la Corte de Apelaciones de Antofagasta: "Lo cierto es que desconocemos el tono de voz de la amparada y del imputado Larraín. Pero resulta chocante aceptar que los funcionarios policiales fueran incapaces de descubrir que se trataba de una voz femenina y no masculina. Las explicaciones dadas subestiman la inteligencia no solo de los juzgadores, sino de cualquier ciudadano de la República, y no pueden, desde luego, validar las actuaciones en referencia", añade el escrito.
Ahora, respecto del discurso del presidente en Japón, donde hizo alusión al anime como parte de su niñez y juventud, este fue duramente criticado y hasta se burlaron, tildándolo de payaso e inmaduro, sumando sentencias como que había sido una vergüenza para el país. El anime en Japón factura 22 mil millones de dólares al año (el 7 % del PIB de Chile); en los Juegos Olímpicos de Río, toda la presentación de Japón giró en torno al anime; y Shigeru Miyamoto recibió el premio Príncipe de Asturias por su personaje Mario Bros. Todo esto demuestra la importancia del anime para Japón. No saberlo puede entenderse en la gente común, pero en un político que representa a muchos, define políticas y programas, e incluso pretende dirigir el país, es grave, ya sea por ignorancia o por mala fe.
En resumen, debemos detenernos antes de emitir opinión; debemos ser críticos y defender derechos que son de todos; debemos exigir a nuestras autoridades que sean honestas, al menos intelectualmente; y exigir a las autoridades judiciales y policiales que actúen dentro del marco de la ley y la ética. Y por último, sea más exigente con usted mismo: si tiene una duda, al menos pregunte a ChatGPT. Ya no es válida la excusa de que "no sabía".