Carlos J. Véjar
"Nuestro pedacito de cielo", el más reciente libro del periodista Carlos Basso, genera inquietud. La lectura de sus páginas evidencia la experiencia ("horas de vuelo") del escritor en el reporteo de sucesos delictivos. Sus protagonistas actuales distan mucho del "choro" de antaño, aquel que optaba por no delatar ("sapear") a sus cómplices y que difícilmente se habría atrevido a delinquir en su propio barrio, pues nada era peor que ser considerado un "doméstico".
El profesional oriundo de Osorno, actual encargado de la Unidad de Investigación de El Mostrador, establece una conexión con Puerto Montt en "Nuestro pedacito de cielo". En la obra, recuerda la caída de una célula del Tren de Aragua en dicha ciudad, cuyos integrantes fueron condenados a penas que suman 99 años de cárcel por trata de personas con fines de explotación sexual, lavado de activos y asociación ilícita.
-A fines de marzo se cumplieron tres años de la caída de una célula del Tren de Aragua (TdA) en Puerto Montt, donde un cliente arrepentido fue clave para desbaratar el negocio. ¿Qué le llamó la atención de esta causa?
-La acción de ese cliente es casi de novela. Escribí una crónica cuyo título aludía a la película "Pretty Woman", porque, según algunas fuentes, dicho cliente se enamoró de la joven -o al menos sintió algo especial por ella-. Por ende, a pesar de saber que el TdA estaba involucrado, arriesgó su vida al acudir a la PDI y denunciar. Considero que es una historia impactante. Intenté contactar al denunciante por diversos medios, pero no fue posible. Su identidad es, hasta hoy, uno de los secretos mejor guardados en el país, lo cual, por supuesto, es una excelente noticia para quien desee denunciar.
-Esboza desde un inicio en su último libro que la trata de personas es el "mercado" favorito del TdA. ¿Por qué cree que resulta tan interesante para esta banda y sus facciones?
-Porque es sumamente rentable. A las mujeres que denominan "multadas" les exigen más de cuatro millones de pesos por trasladarlas desde Venezuela a Chile. Este es un viaje miserable, realizado en condiciones infrahumanas en muchos tramos, lo que implica una inversión mínima y un retorno considerable, similar al que producen las drogas, con la diferencia de que los narcóticos se agotan. Una víctima de explotación sexual, en cambio, puede ser explotada múltiples veces al día, seis días a la semana, como quedó demostrado en el juicio realizado en Puerto Montt.
-¿Cuáles son los factores y condiciones que hacen de la Región de Los Lagos y el sur de Chile un sitio de interés para el crimen organizado?
-Son los mismos que en el resto del país: una economía estable y, en el caso particular de Los Lagos, la ausencia de grandes organizaciones criminales, a diferencia de lo que ocurría a fines de la década pasada en el norte, Santiago o Concepción. En definitiva, ciudades como Osorno, Puerto Varas o Puerto Montt, que además cuentan con una población considerable de alto poder adquisitivo, presentaban nichos de mercado ilícitos desocupados. Por esta razón, no solo el TdA se estableció allí, sino también otras bandas vinculadas, como el Tren del Desastre o Los Gallegos, quienes incluso afirmaron que Valdivia, Osorno y "Puerto Mon" -como lo escribían- eran territorio suyo.
-En las últimas semanas, en El Llanquihue hemos publicado reportes académicos (USS y UNAB) que, con matices establecen con cifras la presencia del crimen organizado en Los Lagos. Dos datos: en diez años los secuestros y homicidios se disparan 533% y 50%, respectivamente. ¿Qué significa esto? ¿Cómo se explica que fenómenos delictuales tan graves, vinculados al norte por la presencia del narco, hoy sean una realidad en Los Lagos?
-Esos datos son coherentes con la tendencia nacional, especialmente en lo referente al secuestro extorsivo, un delito casi inexistente en Chile hasta hace pocos años. Antes se limitaba a secuestros entre grupos narcotraficantes, los cuales, por lo general, ni siquiera se denunciaban. Efectivamente, como usted señala, el fenómeno no es exclusivo del norte.
Ahora bien, la respuesta no debe ser local, sino de alcance nacional, porque lo que hoy ocurre en Puerto Montt u Osorno es análogo a lo que sucede en Paine, Alto Hospicio o Estación Central. Todas las regiones deberían contar con unidades policiales especializadas en delitos como secuestros, extorsión o trata de personas; especialidades que actualmente solo existen en Santiago o en unas pocas regiones.
Además, deberíamos implementar una estrategia contra el crimen organizado diseñada por expertos, no por políticos. Dicha estrategia debe constituirse como una política de Estado, invariable y no sujeta a los intereses electorales de los extremos políticos, al igual que la política de Relaciones Exteriores del país, que permanece constante sin importar quién ocupe La Moneda.
Cáncer en expansión
-¿Por qué el crimen organizado ve a Chile como un lugar interesante para expandirse?
-Existen varios motivos, pero el principal es su economía estable desde la perspectiva macroeconómica. Esto se refleja en la estabilidad del dólar -moneda que el TdA, Los Trinitarios y otras bandas utilizan de forma exclusiva-, el cual no experimenta grandes sobresaltos. Por esta razón, por ejemplo, el Tren de Aragua no ha ingresado a Argentina. Otro factor son las bajas barreras de entrada en las fronteras y el hecho de que las organizaciones criminales locales eran relativamente incipientes ('amateurs') en comparación con las transnacionales.
-¿Cuál es el riesgo para la democracia si esto no se combate como corresponde?
-Ya no es necesario tomar como ejemplo a México o Colombia. Basta con observar lo ocurrido en Ecuador, un país que hace 15 años era muy similar al nuestro, pero donde el crimen organizado comenzó a crecer exponencialmente. Conozco el caso de un profesional ecuatoriano, residente en Chile desde hace unos 11 años, quien me comentó que la situación que vivió su país en aquella época es muy parecida a la que vemos hoy aquí. Convencido de que los políticos no serían capaces de solucionarlo, decidió emigrar y eligió Chile por dos motivos: su economía y porque, además, lo consideraba el único país que conocía libre de crimen organizado. En otras palabras, si esta problemática no se aborda con seriedad, como un asunto de Estado, no dudo que en algunos años más alcanzaremos un escenario similar.
"Ciudades como Osorno, Puerto Varas o Puerto Montt, que además cuentan con una población considerable de alto poder adquisitivo, presentaban nichos de mercado ilícitos desocupados"