Sin detener los combates, pero con el acuerdo de estudiar planes para un futuro alto al fuego, Rusia y Ucrania reabrieron las negociaciones de paz en Estambul, Turquía, las cuales estaban estancadas desde el primer año de la guerra en 2022.
Las primeras conversaciones comenzaron a las 9:30 horas de Estambul, fueron presididas por el ministro de Exteriores turco, Hakan Fidan y se prolongaron por una hora y 50 minutos. En la ocasión, Moscú y Kiev no lograron grandes avances, pero dejaron la puerta abierta a una cumbre entre los presidentes de ambos países, el ruso Vladímir Putin y el ucraniano Volodímir Zelenski, después de que el primero se negara a viajar a Estambul.
Además del compromiso verbal de celebrar una segunda ronda de negociaciones, el único acuerdo concreto alcanzado en la jornada de ayer es el canje de mil prisioneros por cada bando, el mayor intercambio de guerra a la fecha.
Sin tregua
Previo al encuentro, desde Ucrania habían planteado en los últimos días que su principal objetivo era lograr un inmediato cese de las hostilidades, al menos por 30 días.
Al respecto no hubo acuerdo y las ofensivas siguieron adelante. Fuentes ucranianas señalaron que Rusia volvió a poner sobre la mesa una exigencia ya solicitada anteriormente: la retirada de las tropas ucranianas de Donetsk, Luhanks, Zaporiyia y Jersón, las cuatro regiones ocupadas por Moscú desde el inicio de la invasión. Una condición que Kiev rechaza tajantemente.
Tras la reunión y su escaso avance, los líderes de toda Europa elevaron ayer la presión sobre Rusia y amenazaron con más sanciones al presidente Putin, presionándolo para que se siente en la mesa de negociaciones con su homólogo ucraniano.
Los jefes de Estado y de Gobierno europeos, los presidentes de la Comisión y el Consejo Europeo y el secretario general de la OTAN, entre otros, se reunieron ayer para la sexta edición de la cumbre de la Comunidad Política Europea, un formato impulsado por el francés Emmanuel Macron en 2022, que tres años después mantiene la invasión rusa de Ucrania en lo más alto de su agenda.
El encuentro permitió que los gobernantes de Alemania, Ucrania, Francia, Polonia y Reino Unido se sentaran en torno a un mismo teléfono para hablar con el presidente estadounidense, Donald Trump, sobre las conversaciones entre las delegaciones rusa y ucraniana en Turquía.
Aunque lo sucedido en Estambul entre Ucrania y Rusia se trataba del primer contacto diplomático 2022, los europeos lamentaron que no fuese el propio Putin el que acudiera a la mesa de negociaciones, una muestra de que, a su juicio, el mandatario no se estaba tomando en serio el esfuerzo por la paz y que es necesario incrementar la presión con nuevas sanciones.
"Creo que Putin se ha equivocado al enviar una delegación de bajo nivel. La pelota está en su campo, tiene que querer jugar y ser serio sobre querer la paz. Toda la presión está ahora sobre Putin", valoró el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
El presidente francés, Emmanuel Macron publicó en redes sociales que "Rusia no quiere la paz, quiere ganar tiempo", afirmó y llamó a mantener una postura coordinada entre los aliados.
En paralelo, la Unión Europea trabaja en un nuevo paquete de sanciones contra Moscú, que incluiría restricciones en los sectores energético y bancario, buscando presionar al Kremlin.
En tanto, el presidente Trump, aseguró ayer que entendía que el mandatario ruso no asistiera a la cita en Estambul: "Si yo no iba, estaba garantizado que Putin no iba a ir y no fue. Lo puedo entender, pero lo vamos a conseguir", señaló ayer luego de volver a EE.UU. tras su primera gira internacional. Además, aseguró que está dispuesto a reunirse con Putin "tan pronto como lo podamos organizar".