Contaminación: lo urgente y lo que incomoda
Decir que la leña contamina más que cualquier otro combustible no es una provocación, es un dato. Lo provocador -y a veces paralizante- es que ese dato suele enfrentarse con una frase tan rotunda como emocional: "¿Insinúas que la gente debe morir de frío?"
Nadie, en su sano juicio, plantea eso. Pero esa simplificación brutal ha impedido debatir en serio sobre una de las principales causas de la grave contaminación que afecta a ciudades del sur del país: el uso masivo de leña para calefacción. Cuando sus habitantes viajan a Santiago, muchas veces son reconocidos como los "pasao a humo", un estigma casi humorístico que esconde un drama ambiental.
Osorno se encuentra entre las 15 ciudades con peor calidad del aire en América Latina y el Caribe, según el Informe Mundial sobre la Calidad del Aire 2024 de IQAir. Coyhaique, Pitrufquén, Nacimiento, Victoria y Padre de las Casas también están en ese ranking.
La leña es barata, sí. Pero también es el combustible más contaminante, especialmente en zonas donde su secado es complejo. El propio Marcelo Mena -ex subsecretario y ministro del Medio Ambiente, osornino, doctor en Ciencias Ambientales- advirtió hace años: "Las estufas a leña matan hoy en Chile a más personas que todas las termoeléctricas combinadas (…) una estufa a leña contamina en un día lo mismo que 1.500 autos si se usa leña seca, y 12.000 autos si es leña húmeda; las estufas 'ecológicas' que cumplen la norma 2012 equivalen a 375 autos (…) la leña sólo está prohibida en días de muy mala calidad de aire, cuando debería estar completamente prohibida. Al menos en la capital de Chile".
Aun así, cuando Mena planteó que debía prohibirse, debió aclarar que eso no aplicaría para Osorno.
Así funciona la presión social cuando cualquier restricción se presenta como amenaza a la vida. Pero es falso que la única alternativa a la leña sea congelarse. En una zona con potencial hidroeléctrico y crecimiento de la energía solar, hablar de otras opciones no puede ser tabú.
¿Queremos aire limpio o solo defender tradiciones? ¿Soluciones reales o una disyuntiva falsa? Discutamos con seriedad. Respirar humo no es cultura. Y el derecho a la calefacción no puede seguir en conflicto con el derecho a respirar. Quizás, podemos coincidir en que ser los primeros en dejar atrás la tradición de la leña puede ser un buen proyecto colectivo.