Frase
"En el verano el olor a marihuana era impresionante, yo no sé cómo los locatarios del Pueblito Artesanal no denuncian. Tal vez por miedo".
Pablo Peralta, trabajador, por consumo y venta de drogas
"En el verano el olor a marihuana era impresionante, yo no sé cómo los locatarios del Pueblito Artesanal no denuncian. Tal vez por miedo".
Pablo Peralta, trabajador, por consumo y venta de drogas
Enterrada en un predio forestal del sector Huacahue, a 10 kilómetros de La Unión, fue encontrado el cuerpo de la joven cabo del Regimiento de Artillería Maturana, M. O. H., de 28 años, quien estaba desaparecida desde la madrugada del lunes 4 de mayo. El hallazgo se registró tras la detención de J.P.G.G., trabajador de 20 años de una panadería, quien confesó ser el autor del crimen de la joven.
En 2024, la Organización Mundial de la Salud alertó sobre el preocupante aumento de infecciones de transmisión sexual (ITS) a nivel global, con más de un millón de nuevos casos diarios, incluyendo clamidia, gonorrea, sífilis y tricomoniasis. Esta realidad también afecta gravemente a la población joven en Chile, donde, lamentablemente, no contamos con datos públicos actualizados que permitan dimensionar con claridad esta problemática.
Si bien el Ministerio de Salud promueve la realización gratuita de exámenes para ITS y VIH en la atención primaria, y existen tratamientos garantizados, Macarena Arriagada, directora de Obstetricia de la Universidad Andrés Bello, indica que la falta de acceso abierto a información limita el debate público, la fiscalización ciudadana y el diseño de estrategias preventivas efectivas. Esta invisibilidad no es casual ni técnica: es una decisión política que tiene consecuencias concretas en la salud y el bienestar de miles de jóvenes.
Sabemos por fuentes oficiales que las ITS más frecuentes en el país son sífilis, gonorrea, clamidia, VIH y herpes genital. Sin embargo, muchos jóvenes desconocen que estos exámenes y tratamientos están disponibles gratuitamente, lo que evidencia la necesidad urgente de fortalecer la difusión y la educación sexual integral desde edades tempranas.
En el área de salud sexual y reproductiva, es clave que las autoridades transparenten periódicamente las cifras de ITS e inviertan en políticas públicas que informen, protejan y prevengan estas afecciones. Visibilizar es cuidar. La salud sexual también es un derecho.
Cada mes de mayo, Chile rinde homenaje al mar evocando el Combate Naval de Iquique, en la Guerra del Pacífico. Desfiles, ceremonias y campañas educativas marcan lo que se ha denominado el "Mes del Mar". Sin embargo, más allá de la épica militar, esta conmemoración parece omitir una dimensión fundamental: la compleja y muchas veces conflictiva relación entre las comunidades costeras y un modelo de desarrollo que mercantiliza el litoral chileno.
Chile es, sin duda, un país marítimo. Con más de 100 mil kilómetros de costas incluyendo islas, fiordos y canales, el mar no sólo define nuestra geografía, sino también nuestras economías locales y culturas ancestrales. No obstante, el modelo de desarrollo imperante ha intensificado su lógica extractivista que amenaza tanto la biodiversidad marina como el tejido social costero.
La expansión de la acuicultura industrial, por ejemplo, ha generado una presión creciente sobre los ecosistemas y ha provocado conflictos con comunidades indígenas y pescadores artesanales, actores históricamente marginados de la toma de decisiones sobre el uso de la zona costera.
Este mes debería ser una oportunidad para preguntarnos ¿qué tipo de relación queremos establecer con nuestro mar? ¿Es sólo una fuente de riqueza económica o también un espacio transcendental para la vida social, cultural y ecológica de las comunidades? La historia reciente muestra que los derechos de uso sobre este espacio no han sido distribuidos de manera equitativa: mientras las grandes empresas gozan de concesiones estables y rentables, los pueblos indígenas recién comienzan a ser reconocidos mediante instrumentos como los Espacios Costeros Marinos para Pueblos Originarios (los ECMPO), cuya implementación ha sido lenta, burocrática y conflictiva.
Mayo, entonces, debería ser también un mes para repensar nuestro vínculo con el mar. Más que ensalzar heroísmos militares, urge abrir un debate sobre la gobernanza territorial costera, la justicia ambiental y la sostenibilidad.
Proteger el patrimonio marítimo-costero no es sólo cuestión de conservar especies o paisajes; es también salvaguardar modos de vida, saberes y vínculos comunitarios que han sido históricamente invisibilizados.
Es tiempo de dejar de mirar el mar sólo como una fuente de recursos ilimitados y comenzar a reconocerlo como un territorio vivo, complejo y compartido. Solo así el "Mes del Mar" podrá ser realmente un mes con sentido de presente y de futuro para las comunidades costeras del país.
El despido de 18 temporeros beneficiados por el Programa Puente ha cuestionado la eficiencia con que funciona el sistema de ayuda social. Las familias despedidas por la empresa agrícola El Avellano denunciaron incumplimientos en el contrato laboral y malos tratos. La directora regional del Sence desmintió categóricamente la responsabilidad del servicio en estos hechos.
Impactante es el caso de un niño de 12 años que ha intentado suicidarse en dos ocasiones en Osorno, ya que lo sume una profunda tristeza: no conoce ni sabe quién es su padre. Afortunadamente el niño no ha logrado su objetivo, debido a la oportuna intervención de terceras personas, quienes le han prestado ayuda. El dramático relato lo hizo el propio pequeño.