
Correo
Emprender con pies en la tierra
Durante años, el mandato no escrito del ecosistema startup fue "crecer a toda costa". Más usuarios, más operaciones, más países. La rentabilidad podía esperar. Sin embargo, esa lógica se quebró. Hoy el mercado ya no premia las ideas bonitas ni las promesas futuras, premia la eficiencia, la capacidad de facturar y -más difícil aún- de generar ganancias reales.
El caso de Awto fue un golpe de realidad. Pero no es el único, cada vez más emprendimientos se enfrentan al mismo dilema de haber crecido bajo una lógica que ya no encaja en el nuevo ciclo económico. En este contexto global más incierto, con fondos más conservadores y capital más escaso, ya no sólo basta con tener una buena idea. Hay que demostrar que el modelo funciona.
Hay que dejar de romantizar el concepto. Emprender no es sólo tener pasión. Es tomar decisiones difíciles, sostenerse en los números y entender que la única manera de proyectarse es construir desde la racionalidad. Ojalá que eso también se celebre.
Daniela Baytelman
Justicia y nuevas tecnologías
En un hecho inédito en la historia procesal chilena, jueces del Tribunal Oral en lo Penal de Temuco accedieron al sitio del suceso de un doble homicidio a través de lentes de realidad virtual. Gracias a una iniciativa desarrollada por el MetaLab de la Universidad Autónoma de Chile, el tribunal pudo recorrer digitalmente el lugar de los hechos para evaluar la posición de los testigos y la dinámica del delito. Este avance marca un antes y un después en cómo concebimos la función judicial, la producción de prueba y, sobre todo, el acceso a la justicia.
La incorporación de tecnologías como la realidad virtual, el escaneo tridimensional o el metaverso en los procesos judiciales, no reemplaza la labor del juez, sino que la potencia.
Este hito también debe interpelar a las facultades de Derecho. Si la justicia del presente comienza a ser digital, entonces el aprendizaje del Derecho no puede seguir limitado al pizarrón y al código. Es urgente que la enseñanza jurídica incorpore simuladores de juicio, reconstrucciones virtuales y laboratorios de práctica legal que permitan al estudiante adquirir habilidades en contextos reales. Sólo así podremos formar profesionales capaces de enfrentar los desafíos de una justicia tecnológica, eficiente y centrada en las personas.
Sebastián Bozzo y Daniel Schmidt, Universidad Autónoma
Mar espléndido...
Mar de futuro esplendor. Después del cierre de la Universidad del Mar y la Marítima en Valparaíso, pareciera que nos quedamos sin educación para las ciencias del mar, pero preguntando a eximios en la materia, nos informan que tenemos en todo el país, universidades, institutos, liceos y otros que dictan carreras, diplomados y doctorados e investigan en la materia, por lo que, en ingeniería y mano de obra no nos quedamos.
Lo que sí falta es, inversionistas nacionales e internacionales dispuestos a potenciar proyectos para desarrollar y producir recursos marinos, ya que experimentan largas trabas burocráticas de concesiones y protección de medio ambiente. A los inversionistas debiera rebajarse los impuestos y otorgarles prebendas, tales como zona franca, que les haga apetecible el retorno de su inversión, al menos en sus primeros años de producción. Los legisladores debieran legislar una política industrial del mar, para que el mar nos diera ese esperado esplendor.
Marcos Concha Valencia
Revertir la tendencia
Las cifras en torno al medio ambiente dejan la sensación constante de que el momento de actuar fue ayer, pero lo cierto es que todavía estamos a tiempo para detener el avance de la triple crisis (climática, de biodiversidad y de contaminación), y todo lo que podamos hacer contribuye a avanzar en esta meta.
El sector privado, por cierto, es un actor clave en este escenario, donde debe promover soluciones e innovaciones que nos permitan generar ecosistemas de negocios más sostenibles y acordes al momento que nos ha tocado vivir. Parece cada vez más urgente que la economía circular tome el espacio que necesita en este mundo.
Aunque las decisiones de los líderes globales puedan ir, por momentos, en contra de estos anhelos e intereses, sabemos que las personas están dispuestas a cambiar sus hábitos de consumo y que comienzan a demandar al sector privado no sólo una mayor preocupación en la materia, sino que también seamos capaces de acompañarlas en estos esfuerzos que, finalmente, nos benefician a todos. Si Estados, empresas y consumidores nos activamos juntos en este propósito, es muy probable que en el futuro celebremos que 2025 fue el año en qu logramos revertir la tendencia.
Elena López
Chile y desastres naturales
"Tierra de estoicos" es la caracterización de los habitantes de Chile que subyace en los versos del poeta y militar español Alonso de Ercilla, autor de "La Araucana" (1569). Señala en el Canto I : "... la gente que produce (Chile) es tan granada, tan soberbia, gallarda y belicosa...", en referencia a la resiliencia y valentía para ponerse de pie luego de las tragedias por causas telúricas.
Casi tres siglos después, el naturalista inglés Charles Darwin en su viaje de exploración a estas tierras y mares australes (1835) presenció erupciones volcánicas y también terremotos en Concepción (8,5°) y Valdivia, lo que le llevó a concluir como los cambios en el paisaje y la naturaleza modifican los comportamientos y evolución de los seres vivos.
Así es y seguirá siendo este país, no sólo tierra de poetas. Mientras tanto, guardemos nuestro coraje, preparémonos para cualquier emergencia como lluvias y temporales; y sigamos las instrucciones de las autoridades.
Gastón Ojeda
La basura de los "carnacheros"...
La pesca deportiva es una actividad que muchos disfrutan, sobre todo aquellos que devuelven los peces a los pocos segundos de ser capturados. Pero hay otra rama de "pescadores", los llamados "carnacheros", que además de depredar los ríos con redes, trampas, carnadas y anzuelos invasivos "de ferretería", también dejan basura tras su paso por los cauces, tal como se ve en la imagen. Su presencia es terrible, porque abusan de la naturaleza y su fin último es llevarse el pez, cueste lo que cueste.