
Correo
Cuidar no es solo contener
Entre 2014 y 2024, los casos denunciados en la Superintendencia de Educación por convivencia escolar aumentaron un 58 %, pasando de 7.829 a 12.369 el año pasado. En el Día de la Convivencia Escolar, estas cifras nos invitan a detenernos y reflexionar colectivamente sobre cómo habitamos nuestras escuelas.
Tatiana Arce Castillo
Carabineros
Al cumplirse 98 años de la creación de Carabineros de Chile, es la oportunidad propicia para rendir un merecido reconocimiento a los miles de mujeres y hombres de esta institución que, a pesar de los limitados recursos humanos, con vocación de servicio, tratan de combatir la delincuencia, el terrorismo, mantener el orden público y proteger a la ciudadanía de antisociales.
Es en esta labor que, desde el año 2022 a la fecha, doce carabineros han sido asesinados.
Precisamente hace justo un año, en la provincia de Arauco, víctimas de alevosos y cobardes homicidios, perdieron la vida -y luego sus cuerpos fueron quemados- el sargento primero Carlos Cisterna, el cabo primero Sergio Arévalo y el cabo primero Misael Vidal. Vaya para ellos un póstumo homenaje. Desde su creación, 1.245 carabineros han fallecido en actos propios del servicio policial. De lo anterior, podemos colegir que la labor de Carabineros no está exenta de riesgos: son la primera línea para atacar la delincuencia, vergonzosa realidad que hoy constituye la principal preocupación de los chilenos.
Sabido es que el Estado es quien debe preocuparse de crear las condiciones adecuadas para que no haya delincuencia desbordada, tales como proporcionar oportunidades laborales dignas, educación de calidad, planes de migración controlada, efectiva reinserción social en los establecimientos penitenciarios, disminución del hacinamiento carcelario, penas acordes a la gravedad del delito cometido, terminar con la "puerta giratoria", disminuir la vulnerabilidad del entorno público, entre otros aspectos, en los cuales Carabineros, en su misión de policía preventiva, no posee capacidad resolutiva. Son las otras instituciones del Estado las que deben intervenir con eficacia y voluntad política.
Será labor del recién creado Ministerio de Seguridad Pública preocuparse de ejecutar los cursos de acción adecuados e inteligentes para disminuir la delincuencia, ya que este flagelo, en el mediano y largo plazo, no se controla con más carabineros, sino con adecuadas condiciones económicas, sociales, legales, culturales y educacionales.
La ciudadanía lo sabe: Carabineros de Chile es una institución fundamental para el desarrollo del país. Si no hay seguridad, no hay desarrollo económico ni paz social. Los carabineros "hacen bien la pega"; son otras instituciones estatales las que no han dado cumplimiento a sus respectivas misiones y se han quedado atrás.
Iván Stenger Larenas
Fascismo
Ante los recientes dichos de Axel Kaiser, recordando que el Partido Nacional Socialista era, efectivamente, socialista, es necesario profundizar en una realidad que suele ser incomprendida -o convenientemente distorsionada-: el fascismo no es un extremo opuesto al comunismo, sino otra variante del mismo impulso totalitario.
El fascismo no expropia de inmediato como el marxismo-comunismo; prefiere primero someter a quienes controlan los recursos y establecer alianzas tácticas, para luego capturar de forma total a la sociedad. Cambian los métodos, pero no el objetivo final: la subordinación del individuo frente al Estado.
Para el comunista, el fascista es el terrorista de la "libertad" que debe ser aniquilado. Para el fascista, el comunista representa la misma amenaza. Pero el problema no es quién está "más a la derecha" o "más a la izquierda"; el problema es que ambos creen que el individuo debe ser sacrificado por la voluntad colectiva impuesta desde el poder. Ambos son enemigos de la libertad, aunque utilicen distintos pretextos para justificarlo.
Persistir en la narrativa de que comunismo y fascismo son extremos opuestos no solo es un error conceptual: es una manipulación interesada. No por oponerse al marxismo uno es fascista, ni por rechazar el fascismo uno se convierte en marxista. Esta lógica binaria es infantil y solo sirve para ocultar lo esencial: fascismo y comunismo son más cercanos entre sí de lo que sus propios propagandistas quisieran admitir.
No basta con seguir repitiendo que son "extremos" enfrentados. No lo son. Son ramas diferentes de un mismo tronco autoritario que, bajo distintos rostros y banderas, han dejado una herencia común: miseria, represión y sufrimiento.
La verdadera discusión no es cuál de ellos tolerar menos, sino por qué seguimos aceptando su existencia como opciones legítimas en una sociedad que dice aspirar a la libertad.
Rodrigo Salinas Rojas
Peligro para conductores
En calle Lautaro, la rotura del pavimento provocada por la fuga de una matriz ha generado preocupación entre los vecinos. La situación se ha convertido en un riesgo, ya que los automóviles deben maniobrar para evitar el daño, por lo que piden una respuesta pronta para evitar un accidente.