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Cuestiona actuar de Contraloría
En más de una ocasión hemos sido testigos de cómo ciertos organismos contralores del Estado emiten juicios o informes preliminares sobre personas o instituciones, antes de concluir una investigación completa y debidamente fundada. Esta práctica, que pareciera responder más a la inmediatez que a la prudencia, tiene efectos devastadores sobre la honra y el prestigio de quienes se ven involucrados.
La exposición pública de hechos aún no comprobados alimenta el juicio social, que muchas veces se torna más severo y distorsionado que cualquier sanción formal. El efecto es inmediato: la sospecha se instala, la reputación se erosiona y el daño -aunque posteriormente se aclare la situación- resulta difícil, si no imposible, de revertir. La reparación, si es que llega, nunca es proporcional al daño causado. Lo que la opinión pública ha condenado, rara vez se retracta con la misma intensidad.
El juicio social es contagioso. Amplifica y distorsiona. Supuestas faltas se transforman, por repetición, en certezas. Se pierde el principio de inocencia y la presunción de culpabilidad pasa a ser la norma. Frente a esto, cabe preguntarse: ¿quién responde por el daño moral, profesional y familiar que se causa?, ¿Dónde queda la responsabilidad de quienes, desde su posición institucional, tienen el deber de actuar con mesura y justicia?.
Corregir este desequilibrio no es tarea sencilla, pero sí urgente. Es la propia Contraloría -y otros organismos afines- la que debe revisar sus procedimientos, establecer protocolos de reserva en los procesos preliminares y ser extremadamente cuidadosa en la comunicación pública. El derecho a la información no debe confundirse con el derecho al escarnio.
Si queremos una sociedad más justa y un Estado más confiable, no basta con fiscalizar con rigor: también se debe actuar con respeto por la dignidad de las personas. No olvidemos que el poder de fiscalizar conlleva la obligación de no destruir injustamente.
Alejandro Baeza Soto
Papa Francisco I
Con la partida del papa Francisco el mundo despide no sólo a un pontífice, sino a una voz moral que supo interpelar al poder desde la humildad. Su legado trasciende los muros del Vaticano: nos deja una Iglesia más cercana a los pobres, más consciente del dolor del mundo y más valiente para hablar de lo que antes callaba.
Francisco nos enseñó que la fe no debe vivirse en las alturas, sino en las periferias, donde habitan los migrantes, los descartados, los olvidados. Su lucha contra los abusos, su clamor por una economía al servicio del ser humano y su encíclica Laudato Si' - un grito por la Tierra - son faros éticos para creyentes y no creyentes.
Fue un pastor que prefirió la ternura al dogma, la compasión al juicio, el encuentro al enfrentamiento. Nos mostró que el Evangelio se predica con gestos, no con privilegios, y que el poder sólo tiene sentido si es para servir. Hoy la humanidad pierde a un guía, pero su mensaje sigue: una invitación constante a la fraternidad, al diálogo, al cuidado del otro y de la casa común.
Rodrigo Durán Guzmán
Papa Francisco II
Ha muerto el hermano Papa Francisco, quien invitó a católicos y no católicos a una cultura de la paz, a salir hacia las periferias, a abrir las puertas. Con sus palabras denunció la violencia estructural del sistema capitalista, la cultura del descarte y la falta de diálogo que afecta especialmente a los pequeños en cada realidad humana. Pero el gesto más potente de su pontificado fue cuando envió a Charles Scicluna, Jordi Bertomeu y Jorge Concha a pedir perdón por sus insultos y errores tras el nombramiento de Juan Barros como obispo de Osorno. Este gesto quiebra la idea de que el Papa no se equivoca sino que, por el contrario, es humano. Asumió su error, pidió perdón y se preocupó personalmente de la Iglesia de Osorno en los años posteriores.
Quedan varias tareas pendientes, pero por lo pronto es necesario replicar sus acciones en este contexto y estudiar sus documentos sobre el medio ambiente, la renovación eclesial y la fraternidad universal, entre otros. Documentos que reflejan un estilo cercano y abierto al mundo de hoy.
Francisco nos hará falta, pero fue sólo un operario; el mensaje se sigue repitiendo hace 2000 años aunque algunos lo quieran silenciar o maquillar para no generar problemas.
Felipe Navarrete Moya
Plástico de un solo uso
El plástico de un solo uso se ha convertido en uno de los mayores desafíos ambientales del siglo XXI. Cada año se generan más de 400 millones de toneladas de plásticos en el mundo y la mitad termina desechada tras unos pocos minutos de uso.
Frente a este escenario, Chile no sólo se suma al llamado global, sino que toma la posta desde la innovación. Desde nuestro país están surgiendo soluciones concretas para rediseñar materiales, reemplazar productos desechables y fomentar modelos de economía circular. Es así como hoy se desarrollan productos compostables, utilizando bioplásticos que se biodegradan en 180 días en lugar de los 500 años que toma el plástico tradicional. Estas y otras iniciativas demuestran que es posible cambiar el paradigma si combinamos creatividad, ciencia y compromiso. A ello se suma la implementación de políticas públicas pioneras, como la "Ley de Plásticos de un Solo Uso" y la Ley REP, que están incentivando una nueva cultura productiva y de consumo.
La transformación no depende solo de grandes acuerdos internacionales. Cada decisión cuenta, porque reutilizar, reducir y buscar nuevas materialidades no son consignas, sino actos de responsabilidad cotidiana. En este Día de la Tierra recordemos que construir un mundo libre de plásticos desechables es más que un anhelo: es un camino que ya estamos recorriendo desde Chile, con soluciones que pueden inspirar al mundo.Rodrigo Sandoval
Microbús contaminante...
El microbús que se ve en la imagen llenó toda la avenida René Soriano de un humo tóxico que emanaba de su tubo de escape. En tiempos donde el tema central es la contaminación del aire, esta situación es inaceptable. Los dueños de medios de transporte de pasajeros deben preocuparse de mantener en óptimas condiciones sus máquinas, tanto en seguridad como en la emisión de humos y gases.