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Un problema latente y que mantiene con una preocupación permanente a los habitantes de distintos sectores de la ciudad, es la instalación y funcionamiento de talleres de todo tipo en lugares no aptos y por ende sin autorización de funcionamiento, que se encuentran dentro de los terrenos de viviendas, en los patios y que ponen en riesgo a las casas vecinas, tal como ocurrió este domingo en Francke, donde se originó un incendio en una mueblería, con amenaza de propagación.
Además, el problema parece encontrarse en tierra de nadie, ya que las instituciones fiscalizadoras sólo tienen facultad de hacer su trabajo en lugares previamente autorizados para un servicio específico, invirtiendo en patentes e infraestructura que asegura el buen funcionamiento, sin riesgos; sin embargo, cuando no existe la certificación ni menos el permiso, el caso depende de las denuncias que hagan los vecinos, pero que en la mayoría de las veces no la concretan, por temor a represalias.
Vivir con riesgo
Hace casi seis años, en julio de 2019, los vecinos del sector de Francke fueron testigos de un incendio que surgió en un taller de muebles que funcionaba en una casa ubicada en la intersección de Bombero José María Gómez y Heriberto Scheuch, donde el fuego se propagó hacia la vivienda colindante, la cual se destruyó prácticamente por completo, dejando a sus dueños en la calle, no obstante, con el esfuerzo de años, lograron levantar su casa nuevamente.
Increíblemente, una ingrata sorpresa se llevaron la mañana del pasado domingo, cuando se dieron cuenta que el mismo taller nuevamente se estaba incendiando, pero esta vez gracias a que se habían protegido con un cortafuego, lograron resguardar su vivienda de las llamas, mientras que la bodega que albergaba la mueblería se incendió por completo.
Tras el nuevo siniestro, vecinos de ese punto de la ciudad, que no quisieron entregar su identidad por temor a represalias, manifestaron su preocupación por esta práctica ilegal, ya que aseguraron que el taller de muebles incendiado trabaja por años sin ningún tipo de autorización, con instalaciones eléctricas precarias, realizando labores con maquinaria de tornería y soldaduras, y guardando material completamente inflamable.
Los vecinos agregaron también que esta es una práctica muy común en distintas calles de Francke, ya que muchas personas, al saber que no hay control para ello, trabajan sin permiso en sus casas, con talleres de carpintería, estructuras de fierro o también talleres mecánicos, sin medir los riesgos de lo que significa hacer aquellas labores en espacios reducidos y con viviendas pegadas.
Causa frecuente
Quien también coincidió con la existencia de esta problemática es la presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos, Eliana Catrilef, afirmando que esta realidad se ve en los distintos barrios de la ciudad.
"Esto se ve en todos los sectores de Osorno, no podemos dejar a ninguno afuera en realidad, porque cuando no hay talleres mecánicos o los que trabajan en carpintería, hay quinchos mal instalados, que quedan prendidos y arriesgan a sus vecinos. Pero la gente que vive en sectores más vulnerables, para no pagar arriendo, hacen que su sitio les alcance para instalarse a trabajar", manifestó.
En relación a lo sucedido el domingo, la dirigenta comentó que ese fue uno más de los que viven muchos vecinos, ya que por años la Unión Comunal ha coordinado ayudas para damnificados y en reiteradas ocasiones la razón del incendio ha sido porque han saltado chispas de una soldadura o recargas en sistemas eléctricos precarios, a los que les conectan distintas máquinas de trabajo, en bodegas y patios.
Realidad instalada
También el concejal Juan Carlos Velásquez se refirió a este tema, señalando que hay un gran vacío, ya que este tipo de establecimientos son autorizados por el municipio, tanto en su infraestructura como en la patente, pero los que funcionan sin ningún permiso son muy difíciles de detectar, por encontrarse detrás de las viviendas.
"La gente se esconde de tal forma que trabajan dentro y por fuera sólo se ve una casa común y corriente y trabajan sin ningún permiso ni seguridad relacionada a los sistemas eléctricos, en relación al tipo de herramientas que usan y las instalaciones, que terminan por recargarse. La municipalidad no detecta este tema, producto de que no hay una formalidad de los documentos que se requieren para autorizar el funcionamiento, tenemos talleres de carpintería, talleres mecánicos que hasta trabajan en la calle", expresó.
El concejal añadió que en estos casos, la Dirección de Obras opera a través de las denuncias que pongan en conocimiento sobre la existencia de una dependencia dentro de una casa que funcione para fines no habitacionales y que genere peligro para el resto de las viviendas.
"Como generalmente se trata de agregados a las casas, se hace la denuncia y ahí la Dirección de Obras puede fiscalizar y ver si cuenta con permiso de edificación", agregó.
El Austral de Osorno intentó comunicarse con la directora de Obras del municipio, Ángela Villarroel, quien declinó referirse al tema.
Igualmente, El Austral contactó al comandante de Bomberos, Javier Rupertus, quien desestimó totalmente que esta sea una causa frecuente de incendios, pese al alto riesgo que representan los talleres clandestinos para los barrios donde funcionan.