A río revuelto, ganancia de pescador…
Michel Junod López,médico veterinario
Las diferentes posturas políticas dentro de un mismo sector pueden convertirse en su propio enemigo durante las elecciones, si no se administran con inteligencia. La fragmentación y la falta de cohesión entre las distintas facciones pueden debilitar la fortaleza del sector, haciendo que pierda valiosos votos y oportunidades para obtener la administración del país. Sin embargo, cuando un sector es capaz de identificar y definir a su adversario político tempranamente, las diferencias internas se mitigan y las fortalezas se potencian. Mientras más pronto logremos alinear las políticas macro, antes los electores conocerán al real adversario a vencer y podrán involucrarse con un objetivo común. Al establecer rápidamente al adversario, se genera una unidad de propósito que amplifica el mensaje y potencia las fuerzas.
Lograr que diversas fuerzas políticas dentro de un sector se unan con un fin común, es un indicativo de inteligencia estratégica. Esta unión no sólo fortalece la cohesión interna, sino que también proyecta una imagen de solidez y determinación hacia el electorado. Por el contrario, la falta de esta visión unificadora puede llevar a declaraciones torpes, descalificaciones entre miembros del mismo bando y una pérdida del sentido político, generando así notables fracasos electorales.
La historia reciente ofrece ejemplos claros de cómo la desunión y falta de inteligencia estratégica puede llevar a derrotas electorales, como la propinada por el Frente Amplio chileno, a la centroderecha en 2021. Con una visión enfocada en el balotaje, el Frente Amplio logró suavizar su discurso para atraer votos desde la izquierda más radical hasta los del centro, sin importar que el candidato no tuviera las capacidades para asumir la primera magistratura. Lo que tenían claro era la misión de imponer profundas reformas, pero las callaron estratégicamente.
Así, la fragmentación dentro de un sector político puede tener consecuencias devastadoras. La incapacidad de presentar un frente unido no sólo debilita la posición del sector en las elecciones, sino que también mina la confianza del electorado en general, ya que los votantes buscan estabilidad y cohesión. Cuando un sector parece incapaz de ponerse de acuerdo internamente, se percibe como débil y desorganizado, lo cual lleva un descrédito con la natural pérdida de interés de la ciudadanía.
Por ello la importancia del rol de los líderes para la unidad. Deben ser capaces de escuchar, mediar y representar las diversas voces dentro de su grupo político, lo que puede ser la clave para multiplicar la fuerza del sector. La capacidad de un líder para inspirar y unificar el mensaje es una virtud de la inteligencia y no entenderlo sólo propiciará un río revuelto, que será pura ganancia para los pescadores.