Respecto a la ley de cumplimiento tributario, existen dudas respecto a si el gobierno será capaz de recaudar en régimen el 1,5% del PIB. Si desea cumplir con su agenda social, debería fijar nuevos parámetros realistas de déficit fiscal y de deuda pública (ambos ya corregidos al alza). También que el gasto público crezca 1,6% anual como lo plantea el Consejo Fiscal Autónomo, para cumplir con la regla de déficit estructural, es técnica y políticamente inviable (no habría suficiente financiamiento para bienes públicos).

En lo que respecta a las Pequeñas y Medianas Empresas, según Francisco Castañeda, economista y académico de la Universidad Central, la renegociación para pagar impuestos adeudados y sin multas, permite un alivio temporal en la liquidez. Es importante que esta tasa de interés en la renegociación sea baja, lo que ha sido una crítica permanente a la Tesorería. Se aplicarán impuestos a importaciones realizadas por plataformas digitales, se monitoreará las transferencias de terceros a cuentas corrientes de modo que paguen impuestos por actividades comerciales no declaradas, entre otros.

Pero todo esto no moverá la aguja de la recaudación total. También la repatriación de capitales tiene aún un largo camino burocrático, debiendo haber sido un impuesto sustitutivo del 8% en vez del 12% (como lo fue en el pasado) para compensar riesgos. En lo relacionado a las grandes empresas, con la norma general antielusión, se podrán fiscalizar los grupos económicos como un todo y además el SII podrá tener atribuciones en las transferencias con partes relacionadas en el extranjero (abultamiento de precios para licuar utilidades, por ejemplo). Pero esto no necesariamente recaudará lo estimado, debiendo tener Hacienda un plan B si no recauda lo proyectado, que es lo más probable.

En estos días nos tocó despedir a un querido sacerdote de nuestra ciudad, el padre Francisco Triviño. Me conmovió ver la catedral repleta de fieles con la intención de agradecerle a Dios por este cura bueno. Comparto un extracto de la homilía de ese día: "Cuántas veces tuvo el padre Francisco que partir el Pan (de la Eucaristía) para caer en la cuenta de cuánto lo amaba Jesús. Lo necesitó reiteradas veces para convencerse de que la mirada del Señor en su vida no era una mirada de indignación y castigo, sino una mirada de ternura y misericordia. Muchas veces derramó lágrimas de compunción y agradecimiento ante tan gran misterio de amor. El padre Pancho fue un hombre bueno. Así lo percibieron cuantos lo conocieron y que hoy de sobra pueden dar testimonio de su bondad. Pancho fue el compañero de camino de tantos. Con sencillez, supo acompañar a sus hermanos en sus búsquedas más profundas. Nunca hizo aspavientos de su ministerio. Al contrario, con frecuencia demostraba que era habitado por una gracia que lo desbordaba y le superaba absolutamente".

Me escribía una persona que lo conocía: "el padre Pancho fue un cura poblador, desde cuando vivieron en calle Angulo con la señora Ida (su madre), don Baldo (su padre) y Pablo (su hermano), hasta que llegaron a trabajar con el padre Juan Schurmann al barrio Mackenna como jóvenes en la pastoral juvenil de aquellos años, luego en la construcción de la Parroquia Sagrado Corazón, moviendo el actual salón al costado y luego levantando el templo… Siguieron con la construcción de la población El Esfuerzo -de la cual fue su primer secretario junto a sus primos José y Lucho-. Ahí vivió hasta que se fue al seminario y Dios lo fue a buscar en procesión, porque don Baldovino no estaba de acuerdo con que fuera cura. Así fue poblador donde anduvo: en Francke, Rahue, Santa Rosa, Sagrado Corazón, San Pablo y Río Negro. En todos lados no olvidó sus raíces. En los últimos años lo llamaban a él para que celebrara la misa de aniversario del primer sector de la población El Esfuerzo en el mes de septiembre". Y así recibí muchos testimonios favorables de la vida y ministerio de este hermano sacerdote. El padre Pancho supo aproximarse a las personas de manera incondicional. Eso es muy bonito en la vida de un sacerdote que vive más descentrado de sí mismo y más centrado en el misterio de Dios, escondido en el corazón de las personas. No pocas veces los sacerdotes nos vemos tentados en coquetear con el poder, el dinero, el prestigio y la fama. Así les invitaba a los sacerdotes de la diócesis en la misa de despedida de Pancho: "La sencillez y simpleza de este hermano sacerdote nos puede ayudar a renovar nuestra decisión de vivir nuestro ministerio más centrado en la persona del Señor". Gracias padre Pancho por tu servicio a la Iglesia de Osorno. Descansa en paz.