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(viene de la página anterior)

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procedió a cerrar la investigación por los resultados ya mencionados.

Se perdió todo

"Ahí funcionaba de todo y éramos 21 personas que le arrendábamos a los dueños de Comercial Real. Yo tenía mi oficina y trabajaba para Saesa. Se quemaron mis seis computadores, los archivos, impresoras, microondas, cocina, todo lo que yo tenía, perdí todo".

Así recuerda el contador José Rivera el incendio de 2019, donde sus vecinos perdieron todo lo que tenían para trabajar y lamentablemente la mayoría no contaba con seguros para recuperar sus enseres.

"Abajo había una señora que tenía una boutique, ella lloraba porque perdió todo y estuvo muchos años ahí. Esa noche yo fui al incendio, porque estaba en la calle Freire y recuerdo que veía cómo el fuego se acercaba a los departamentos del Kauak y la gente que estaba ahí (manifestantes violentos) aplaudía cada vez que ardía uno de los balcones. Otro de mis vecinos, que es prevensionista de riesgos, tenía una empresa de seguridad y él perdió todos sus útiles, como dos millones de pesos de ese tiempo. Eso me impactó mucho, porque había hecho una inversión el día antes y se quedó en la calle", relató.

Recordó que tras estas pérdidas, los afectados acudieron a la entonces Gobernación Provincial para catastrar todas las pérdidas, pero todo fue muy complejo, ya que el trauma era imborrable.

"Cuando estuve en la gobernación, conversé con uno de los jefes de la PDI y ahí me dijo que iban a encontrar a los responsables, pero todo quedó en nada, como siempre no pasa nada. En ese tiempo era algo de todos los días que estaba esta gente en la plaza y muchos haciendo desmanes. Nosotros éramos sólo 21 personas que estábamos ahí para trabajar y no me extraña que una vez más no se haya dado con los culpables", manifestó.

Fuego intencional

Otro de los que vivió esa noche, y la recuerda como si fuera hoy, es José Osman, residente del edificio Kauak y quien tomó un rol fundamental ayudando a la evacuación de esta torre, ícono del centro de la ciudad.

"Esa noche fue un caos. Nosotros tuvimos que estar después poco más de un mes fuera del edificio, porque estaba inhabitable, no se sabía si las cañerías de gas habían sido afectadas. Ahora todo está tranquilo, lo único malo es que la propiedad de abajo está vacía, aunque el sitio está limpio", señaló.

El joven vive en el piso 14 y recuerda que los daños sufridos en esa oportunidad en su departamento fueron vidrios quebrados y agua que entró, pero no olvida que otros vecinos sufrieron graves pérdidas materiales.

"Arriba, en el piso 15, se quemó un departamento, en el piso 17 y otro en el 10. Esa tarde estuve viendo cómo empezó todo, estaba mirando las manifestaciones desde el balcón y de repente vi que se acercó un grupo de delincuentes, porque no tienen otro nombre, abrieron la mampara de Hábitat y Copeuch, se metieron, tiraron fuego, bajaron la mampara y arrancaron. Justo en ese momento venían los carabineros bajando desde el banco BCI, lanzando lacrimógenas y los delincuentes le echaron la culpa a ellos, como que habían iniciado el incendio, pero todos sabemos que las lacrimógenas no producen fuego. Si no me equivoco, los bomberos dijeron que habían encontrado acelerante", comentó.

José Osman aseguró que el fuego comenzó antes de que la policía uniformada llegara a intervenir el sector.

"Hace poco volví a ver el video grabado desde la municipalidad, en time lapse, se ve cuando empieza todo. En cinco años no se encontraron culpables, pero todos sabemos que fueron los manifestantes que hacían desmanes. Ese día aquí en el edificio ayudé a los bomberos a evacuar y después terminé en la clínica con una crisis de pánico, porque yo vi cuando había puro humo. Bajé tocando las puertas a la gente y después, cuando salí, vi desde el Club Alemán que las llamas estaban tratando de dar la vuelta y hasta ahí nomás recuerdo", expresó.

Acción reforzada

La imagen de aquella noche fatídica quedó grabada en la retina de todos los osorninos y rápidamente la noticia corrió por el país, ya que la ciudad estaba viviendo una de las jornadas más violentas de su historia.

Así es recordada esa noche en el Cuerpo de Bomberos de Osorno. Su actual comandante, Felipe Ponce, quien en ese entonces era el segundo comandante de la ciudad, prestó su labor voluntaria desde la Sexta Compañía, mientras que el comandante era Marcelo Millar.

"Fue uno de los incendios más grandes que se han visto en Osorno y tuvo que trabajar la totalidad del Cuerpo de Bomberos. Fue además un incendio muy complejo de extinguir, producto de las circunstancias, de la situación que estaba ocurriendo", expresó.

El Comandante de Bomberos explicó que esa noche se produjeron múltiples incendios en el lugar, por lo que costó mucho combatir las llamas y en total debieron trabajar más de una semana, luego con la remoción de escombros.

"Ese día trabajaron todas las compañías para extinguir el incendio, necesitamos apoyo de Río Negro y San Pablo para asegurar abastecimiento, camiones aljibe, etcétera. Además, tuvimos dos voluntarios que resultaron lesionados", recordó.

"Fue uno de los incendios más grandes que se han visto en Osorno y tuvo que trabajar la totalidad del Cuerpo de Bomberos".

Felipe Ponce, Comandante de Bomberos

14 locales se perdieron tras la destrucción total del edificio de calle Ramírez, producto del incendio provocado intencionalmente por manifestantes, que finalmente no fueron identificados.

12 de noviembre de 2019, a las 22.30 horas, comenzó el siniestro, en el contexto del "estallido social". Bomberos debió trabajar por más de una semana, combatiendo el fuego y moviendo escombros.

35 departamentos resultaron con diversos daños en el edificio Kauak, a causa de la expansión de las llamas. De estos, cinco resultaron completamente destruidos y el resto con distintas afectaciones.