De acuerdo a un informe de la ONU, para el año 2025 la población mundial estará compuesta por más de 1.200 millones de personas mayores de 60 años. Más del doble de las 542 millones que había en 1995.
Nuestro país no está lejos de la tendencia que se viene presentando en todo el planeta. Según el informe "Un mundo que envejece", elaborado por la oficina de Censo de Estados Unidos, Chile se ubica entre los países que más rápido envejece. Se espera que desde los años 1999 a 2041, el país haya triplicado su población de la tercera edad.
Chile muestra avances importantes respecto a la esperanza de vida. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), nuestro país es el que presenta la mayor esperanza de vida en América Latina, con una media de 80,5 años, y está en segundo lugar a nivel de todo el continente americano, detrás de Canadá, cuya proyección de vida llega a los 82,2 años. Sin embargo, el que Chile tenga una mayor esperanza de vida y que su población sea cada vez más adulta, no se trata sólo de un antecedente estadístico, o una evidencia de los avances que puede presentar el país en materia de calidad de vida. Más bien es un aspecto importante respecto a la importancia que debe tener en nuestra sociedad el cómo se llega a ser adulto mayor. Muchos llegan a la tercera edad con una serie de carencias, desde emocionales hasta económicas, que en ocasiones llegan a ser formas de maltrato y abandono.
El tema del abandono de las personas de tercera y cuarta edad se acentuó durante la pandemia de covid. La encuesta "Salud mental de las personas mayores", que realizó durante esa emergencia sanitaria el Observatorio del Envejecimiento para un Chile con Futuro, reveló que la falta de autonomía y el deterioro en el estado físico constituyen dos de las principales preocupaciones de los mayores de setenta años.
Hace unos años, la Organización Mundial de la Salud llamó al Gobierno de Chile a adoptar medidas para enfrentar el tema, que nos convierte en uno de los países más depresivos del mundo y que encabeza en América Latina las tasas de suicidios, pese a que, por paradoja, lideró por años los rankings sobre bienestar y desarrollo económico en la región.