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Un silencio total se podía palpar la noche del miércoles al interior de la villa del Rahue, en el sector de Rahue Alto sur. En avenida Real con San Luis, en el acceso al sector vecinal, dos carabineros fuertemente armados y con escudos, controlaron vehículos y peatones, a quienes le pedían documentos de identidad y les consultaban si vivían o no en la villa. Otros funcionarios que estaban en calle Cabrero hicieron volver a un grupo de personas que no pudieron acreditar su residencia en el sector.
Todo el control era parte de un operativo efectuado en una vivienda del sector por la venta de drogas, delito que fue denunciado por varios informantes anónimos.
Un grupo de policías entró a una vivienda y detuvo a tres personas que se dedicaban a la venta de marihuana y cocaína. Para cometer el ilícito, una mujer ocupaba como fachada un local de venta de comida rápida. En medio de completos, papas fritas y bebidas, también vendía las sustancias ilícitas en papelillos. Todos, además, eran investigados desde diciembre del año pasado por diversas denuncias.
Completos y algo más…
Cerca de las 20 horas del miércoles, un grupo de uniformados, entre personal territorial, la Sección de Investigación Policial (SIP) y del OS-7 de Puerto Montt, ingresaron a la villa, fuertemente armados y con equipos. Se fueron directo a calle Los Ángeles, donde estaba el supuesto local "gastronómico" que era usado como dispensador de drogas.
En la diligencia fue detenida la dueña de casa de 47 años, quien alegó sufrir una afección renal, por lo cual se dializa tres veces a la semana; también fue capturada otra mujer de 40 y un sujeto de 41 años, cómplices de la "emprendedora" de comida al paso.
Los agentes policiales simplemente los encontraron con las manos en la masa, y no precisamente elaborando el pan para los completos, sino que en plena dosificación de la droga. Los delincuentes estaban en el living con bolsas para el envasado, balanzas y por supuesto marihuana y cocaína.
"Ella usaba esta fachada de comida rápida para suministrar la droga a terceros desde su domicilio. Utilizaba el mesón de atención de público para dejar las sustancias. Los cómplices estaban en el comedor con toda la cocaína y marihuana a la vista, junto a los utensilios para la preparación de las unidades a la venta. En el baño había otra gran cantidad de droga, incluso un ladrillo de clorhidrato de cocaína", precisó el fiscal Carlos Delgado en la audiencia.
En detalle, los "cocineros" tenían un kilo 675 gramos de clorhidrato de cocaína, 249 gramos de marihuana y 78 gramos de pasta base. Además, se hallaron varias balanzas, cuatro cartuchos de escopeta calibre 12 y una suma de $2 millones 579 mil en efectivo.
Los vecinos de la Villa del Rahue observaron por las ventanas de las casas o antejardines el desarrollo del operativo, que culminó con la salida de los tres detenidos desde el inmueble allanado, quienes fueron subidos a los carros policiales.
La intervención policial, que se realizó tras la orden judicial emitida el 29 de agosto por el juez Pablo Álvarez, magistrado del Tribunal de Garantía, culminó pasadas las 21 horas.
Bien organizados
Según el fiscal Carlos Delgado, la dueña de casa tenía un segundo inmueble en calle Los Andes, en población Carlos Ibáñez del Campo, que era usado para el acopio de droga. Como una bodega ilegal, para así resguardar la "mercadería".
"Con todo lo expuesto, damos por acreditado que estamos frente al delito de tráfico de drogas, donde los imputados participaron como autores. Por ello pedimos la prisión preventiva por el tipo de ilícito y la afectación a la salud de las personas, ya que entre la droga encontrada hay clorhidrato de cocaína", manifestó en la audiencia.
La droga hallada equivale a seis mil 600 dosis que serían comercializadas en el mercado negro a consumidores adictos.
La banda de hampones tenía bien establecidas las funciones de cada uno cuando llegaba el cargamento de drogas. Estaban organizados. Sus integrantes cuentan con sentencias anteriores, en especial la líder de 47 años, que es reincidente en este tipo de ilícitos.
Los tres quedaron en prisión en la cárcel de Osorno.
120 días fijó el juez como plazo para realizar las diligencias que deberán desarrollar los abogados de los imputados y de la fiscalía.
0,3 gramos era lo que usaban de droga para la elaboración de los papelillos que luego comercializaban a los adictos.