Yo tengo clave, él tiene clave, todos tenemos claves… Tener Clave: Verbo compuesto del siglo XXI. Modo de conjugación: Intentar entrar/conectarse a una red para hacer algún trámite.
¿Quiénes lo conjugan?: los menores con menores, adolescentes con adolescentes, universitarios con universitarios, algunos empleados públicos con sus amigos, algunos profesionales con otros profesionales, en fin, de tres a sesenta años (más o menos), medio Chile se conecta sin mayores problemas y es capaz de realizar trámites sin quedar estancado y la otra mitad quedamos atascados en el camino apenas empiezan a pedir la clave.
¿Clave?... ¿Cuál clave? … Listo, hasta aquí no más llegamos.
Apenas abrimos la pantalla para ver nuestro saldo, pagar una cuenta o transferir, empiezan a aparecer una serie de casilleros, dibujos, símbolos, órdenes, abra aquí, cierre allá, anote Rut, clave de entrada, clave única, la del banco, de la tarjeta, del computador y obvio, contraseña, la famosa contraseña; con mayúscula, minúscula, ocho dígitos, con numero, sin número, pin, DNI, web, continuar, número de carnet, fecha vencimiento del Rut, etcétera. Y aunque muchas veces llegamos más allá de la mitad del trámite y justo estamos por felicitarnos por la misión cumplida, aparece otra clave, otro número, otra contraseña arruinando nuestra seguridad, avinagrando el genio y haciendo añicos nuestro orgullo. Simplemente perdemos la paciencia.
No es por pelar ni desconocer eficiencia y bondades de la tecnología, pero para qué diantre piden tanto dato. Y para peor, cada empresa o ministerio tiene su propio pedigüeño digital.
Aquí entre nosotros, si la tecnología está a nuestro servicio ¿por qué andamos histéricos anotando claves y contraseñas, neuróticos de no perder la libreta o el recordatorio del celular y nunca relajados?.
Este sí que es pelambre: ¿cuál es tu clave mamá?, pregunta mágica que convierte a un dulce hijo en un energúmeno si no la recordamos. Ese mismo ser que un día estuvo dentro de nuestro vientre, hoy está a un pin de mandarnos a la punta del cerro con nuestros ojos rojos de tanto mirar la pantalla, el corazón a punto de estallar buscando la maldita clave y sin un poco de dignidad… ¿me permite? Protestoooo… gracias.