Construcción: motor de crecimiento
Felipe Pavez,presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) de Osorno
En una época donde Chile enfrenta desafíos económicos significativos, el sector de la construcción se ve particularmente afectado por un crecimiento estancado. Según Pablo Correa, economista y académico de la Escuela de Negocios de la U. Adolfo Ibáñez, durante el período 1990-2013, con dos recesiones de por medio, el PIB per cápita creció en promedio 5,3%. Sin embargo, entre 2014 y 2023, este crecimiento se redujo a tan solo 1,8%, una clara muestra de un panorama donde la inversión en construcción ha sido insuficientemente dinámica, reflejando una tendencia de progreso nulo que nos obliga a replantear nuestras estrategias y enfoques.
El estancamiento económico no es sólo un número abstracto; tiene repercusiones tangibles y profundas en nuestras comunidades. Un claro ejemplo de esto es el reciente fallo en la licitación para mejorar la ruta internacional 215 en Osorno, un proyecto clave para el desarrollo regional que ha sido declarado desierto. Este contratiempo no sólo retrasa mejoras críticas en infraestructura, sino que también desalienta la inversión futura y frena el potencial de crecimiento de la región.
El impacto de estos reveses es más que económico; es social y emocional. Cada proyecto de construcción que se retrasa significa empleos que no se crean, oportunidades de negocio que se pierden y, en última instancia, un deterioro en la calidad de vida de los ciudadanos. La construcción, un sector que históricamente ha sido un motor de crecimiento, hoy se encuentra en una encrucijada, necesitando cambios urgentes para recuperar su dinamismo.
Este panorama nos lleva a una reflexión ineludible: algo debe cambiar. Necesitamos una política económica que no sólo fomente, sino que priorice la inversión en construcción.
Es esencial que revisemos y ajustemos los marcos regulatorios que actualmente obstaculizan la agilidad y la ejecución de proyectos. Además, es imperativo que fortalezcamos las sinergias entre el sector público y privado para asegurar que los proyectos no sólo se inicien, sino que se culminen con éxito.
Como líderes del sector, debemos también promover una visión a largo plazo que trascienda los ciclos económicos. Invertir en construcción es invertir en el futuro de Chile, y es nuestra responsabilidad garantizar que este futuro sea sólido y sostenible.
Desde la Cámara Chilena de la Construcción estamos comprometidos con liderar esta transformación, asegurando que cada proyecto construido sea un paso adelante hacia un Chile más próspero.El camino no será fácil, pero es el único posible si deseamos ver un país que crece, innova y lidera en la región.
Estamos frente a una oportunidad única de redefinir el rol de la construcción en nuestra economía y no podemos darnos el lujo de esperar.