Activan alerta por campamentos ubicados en ribera del río Rahue
EMERGENCIA. Trescientas noventa familias viven a orillas o en el área afectada por eventuales inundaciones o crecidas del caudal. Debido a las lluvias de los últimos días, el municipio de Osorno, la Delegación Provincial y las propias familias están monitoreando la situación.
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Al constante monitoreo que se realiza a las familias de campamentos y tomas ilegales que emplazan sus viviendas en zonas de riesgo, con la llegada de las lluvias se activan las alertas, especialmente para aquellos asentamientos irregulares ubicados en riberas de ríos, áreas reconocidas como lechos propios de los cuerpos de agua.
En el caso de la comuna, hay 9 campamentos, con 390 familias en ellos, que están ubicados en zonas de riesgo de desastre por crecidas del río Rahue, quienes están expuestos a padecer el rigor de los elementos, fenómeno que no se puede controlar ni predecir, pasando incluso décadas que no se generen, pero cuando ocurren los efectos son devastadores.
Si bien el nivel del río Rahue aún no obliga a elevar su categoría de riesgo a Alerta Amarilla, es necesario generar planes de acción desde los distintos organismos públicos como el municipio, la Gobernación Provincial, el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), la Dirección General de Aguas (DGA), la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH), Carabineros, Bomberos, entre otros.
Todo ello, con el fin de evitar los daños a raíz de la imparable crecida del cauce, incluso sin que sea considerado como un desborde, debido a que las familias se ubican en zonas que naturalmente son alcanzadas por las aguas del río debido a su aumento del caudal en invierno.
De acuerdo al Catastro Nacional de Campamentos realizado por el Programa de Asentamientos Precarios del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), en la comuna hay 20 campamentos, lo cual evidencia un alza de 14 asentamientos en comparación con los 6 registrados en 2019. Es decir, se sumaron 14 tomas ilegales de terrenos fiscales y particulares, lo que evidencia también un incremento en el número de familias que viven en precarias condiciones, pasando de 594 a alrededor de 1.300 en la actualidad.
Zonas de riesgo en el río
De esa cifra, 390 familias están viviendo en las riberas del río Rahue o en zonas en el área afectada por inundaciones por las crecidas de su caudal. Se trata de los asentamientos irregulares calle Martínez de Rosas (con 23 familias); Dignidad (63 familias); Chaurakawín (con 58 familias); Construyendo Futuro (31 familias); Ferroviario (40 familias); Lahuelmapu (28 familias); Camino Trumao (con 88 familias); Nuevo Sueño (con 32 familias); y Portal Osorno, que suma 28 familias.
Macarena (prefiere obviar su datos por temor a problemas y rencillas con sus vecinos), indicó que las familias que viven en los asentamientos emplazados en riberas o cercanos a los ríos, en este caso el Rahue, saben que cada invierno el peligro aumenta no sólo por las crecidas, sino también por la humedad y filtraciones de agua en el terreno.
"Por eso la mayoría de las casas están construidas en cierta altura, sobre algo que le deje unos centímetros más alto, porque realmente se nota que el terreno es borderío. En las noches cuando hay viento se escucha el ruido del agua, que igual pone nerviosa en invierno", expresó la vecina.
Agregó que muchas familias esperan que sea el último año que pasen en estas condiciones, aunque cuando mejora el clima ya no es una preocupación.
"Hay otros que incluso esperan ser alcanzados por el agua para ver si logran soluciones habitacionales más rápido, aunque no todos. Quienes estamos acá es porque tenemos una tremenda necesidad, porque está muy lejos de nuestros ingresos poder arrendar, aunque sea una pieza, más aún ahora que están muy caras y piden papeles y cosas que no tenemos. Si el río crece, podremos salir, pero mientras baje el agua, porque no vamos a dejar las cosas que hemos logrado con tanto esfuerzo", dijo Macarena.
Marcia, que también vive en un campamento, asegura que la temporada de invierno es la más difícil, no solo por los riesgos de inundaciones o derrumbes, "porque nosotros estamos en una zona que nos expone a eso, sino también por el frío y la humedad. Muchos no tenemos los mejores sistemas de calefacción y aunque así sea, no es suficiente, porque nuestras casas son básicas. Pero el problema es que tenemos un estigma como que queremos vivir aquí para obtener casa. Pero les digo a quienes piensan eso que vengan a pasar una noche de invierno con el viento y el ruido del río, que intimida mucho, a ver si se van a quedar por gusto", manifestó la pobladora.
Los riesgos a los que están expuestas las familias que viven en asentamientos irregulares son muchos. Esto, porque todos los campamentos se instalan en áreas de riesgo y amenazas que pueden tener origen natural, biológico o antrópico (por actividades humanas); los más comunes son justamente las situaciones de emergencia generadas por remoción en masa (exposición a aluviones,
" Es una limitante, porque las personas no están dispuestas a dejar sus pertenencias".
Claudia Pailalef, delegada provincial de Osorno