"Hay que seguir trabajando en la reconciliación, porque todavía hay heridas abiertas en la diócesis"
IGLESIA CATÓLICA. El 11 de noviembre asumió Carlos Godoy como máxima autoridad de la Iglesia Católica en la provincia, tras ser nombrado por el Papa Francisco el 7 de septiembre. El sacerdote diocesano de 56 años expresó que "lo primero que quiero es tomar un tiempo para mirar, conocer, escuchar, darme cuenta de lo que necesita la gente".
Verónica Salgado veronica.salgado@australosorno.cl
El 11 de noviembre asumió como obispo de la diócesis local monseñor Carlos Godoy Labraña, tras ser nombrado por el Papa Francisco en septiembre como máxima autoridad de la Iglesia Católica de la provincia, en reemplazo del sacerdote Franciscano Jorge Concha, que asumió el liderazgo pastoral en Temuco.
Es la primera titularidad obispal para el sacerdote diocesano de 54 años desde que fue ordenado como obispo en 2021, ya que se desempeñó como obispo auxiliar en la Arquidiócesis de Santiago hasta septiembre, cuando el Sumo Pontífice lo designó para Osorno. "Recibí el nombramiento con mucha sorpresa y gratitud, porque nunca imaginé que me iba a venir como obispo titular a Osorno", indicó monseñor Godoy durante una entrevista con El Austral de Osorno.
El recién asumido obispo de la diócesis tiene entre sus líneas de trabajo dar continuidad a los cambios en el episcopado nacional, que comenzaron en mayo de 2018, cuando el Papa Francisco aceptó la renuncia de 34 obispos chilenos en medio del escándalo por encubrimientos de abusos sexuales por parte de miembros del clero de la Iglesia Católica en el país.
Monseñor Carlos Godoy Labraña nació en Santiago el 28 de marzo de 1969 (54 años), estudió la educación básica en el Colegio Santa Teresita de los Padres Siervos de María y cursó la educación media en el Liceo C83 de la comuna de Colina. A los 19 años entró al Seminario Pontificio de Santiago, siendo ordenado como sacerdote en mayo de 1996 y como obispo en agosto del 2021.
-¿Cómo han sido sus primeros días como obispo de la diócesis?
-Ha sido un tiempo intenso, primero en lo emocional y espiritual, con muchos sentimientos que me han surgido a propósito de haber llegado a Osorno. Fue maravilloso bajar del avión y ser recibido por los sacerdotes, religiosas, laicos dándome un recibimiento que no esperaba.
Bueno, después de ver la preocupación que han tenido acá en la diócesis para organizar una bonita acogida a toda la gente que vino desde Santiago a la ceremonia de toma de posesión, amigos sacerdotes, obispos, etcétera, todo fue muy emocionante. Entrar a la catedral ese día y ver tanta gente manifestando su alegría, después de una procesión que fue maravillosa, es gratificante y lo agradezco. Todos me han dicho que la gente estaba muy contenta, muy alegre.
-¿Se sorprendió encontrar tantos fieles y simpatizantes cercanos a la Iglesia?
-Lo trato de explicar desde el punto de vista fenológico, es decir, ¿por qué tanta alegría? ¿por qué la gente se manifestó así? ¿acaso estaba necesitando tener un espacio de sanación donde se recibiera al obispo con alegría y tal como es la gente, buena, alegre, sencilla, fiel al Señor?. Entonces claro, eso fue lo que vi, lo que noté y la verdad es que para mí fue muy emocionante haber entrado a la catedral y haber percibido esto. El tono de los encuentros con sacerdotes, religiosas y comunidades que he vivido en estos días ha sido de mucha alegría, de mucho cariño y también de muchas personas amables.
-¿Cómo recibió este nombramiento para asumir su primera titularidad como obispo en la diócesis de Osorno?
-La verdad es que pensaba que iba a durar más de obispo auxiliar, porque lo habitual es que sean unos 4 años y yo llevaba 2. De hecho, el año pasado me había cambiado de casa, es decir, me fui del seminario donde alcancé a vivir poco menos de un año, porque era formador de seminaristas. En esta nueva casa me llevé a vivir a mi madre Nelly, que tiene 89 años, porque soy hijo único y mi mamá es viuda. Entonces mi madre se había hecho la idea que íbamos a estar ahí un buen tiempo y cuando le conté que el Papa Francisco me había pedido ser obispo de Osorno, lo primero que me dijo fue "hijo, tan pronto de cambiaron". Bueno, entonces, este nombramiento lo recibí con mucha sorpresa y gratitud, porque nunca imaginé que me iba a venir como obispo titular para Osorno. Cuando me lo planteó el nuncio apostólico le dije que estaba dispuesto, aun cuando tenía una limitante, porque debía acompañar a mi madre, que ya es una mujer de cuidado, y él me respondió que estaba todo considerado. Mi madre se vino conmigo, está contenta y acostumbrándose a la idea de vivir en el sur. Yo estoy feliz porque me encanta el sur.