Esto sí que está bueno, en pleno siglo XXI (de esta civilización), donde en la mayoría de los países el libertinaje sexual está oficialmente aceptado, en medio de viajes espaciales, dinero plástico y celulares holográficos, en medio de una moderna democracia cuyo lema es el "derecho al derecho", medio mundo se escandaliza frente a tanta liberación presidencial.
Primero fue Mr. Clinton por tener "relaciones impropias" con una interna de la Casa Blanca. Otro país destacado por su liberté, égalité y fraternité, donde los ciudadanos se enorgullecen de sus conquistas cívicas y a nadie le importa lo que hace el vecino, tuvieron a Monsieur Hollande por las cuerdas porque le achacaron un affaire con una actriz y querían guillotinarlo.
Y ahora nuestro país está muy preocupado del último amorío de Merlusconi Primero.
¿Y? Y aquí estamos, haciendo gárgaras y enjuagándonos la boca con lejía ante tanto "pecado original".
No es por pelar, pero desde Cleopatra o Alejandro Magno; aristócratas y plebeyos, reyes, zares y emperadores, feos y bellos, homo y heterosexuales, desde Napoleón a algún monsieur presidencial, no ha habido reinado, dictadura ni democracia que se haya librado de alguna tentación carnuda, implacable e irresistible.
Aún más, un reino modificó su religión para que el rey pudiera casarse con sus queridas, incluso Chile tuvo el "Payita`s affaire" …
Hoy, cuando la libertad sexual no tiene límites, cuando parecía que ya nada nos asombraba, aparece esta vieja costumbre convertida en noticia nueva: preocuparse de la intimidad de autoridades de turno.
Aquí entre nos, ¿con quien se besuquee la máxima autoridad afecta el desempleo, el IPC o el precio del dólar? ¿Y si en vez de preocuparse con quién duerme no sería más importante saber que cuando despierta se ocupa de los verdaderos problemas de los chilenos?: violencia, inseguridad, corrupción, inflación, educación, salud, inmigración, ladrones en las instituciones, discapacidad cognitiva de muchos empleados públicos, improvisaciones…
En fin, los chilenos agotados de tanta mentira e ineficiencia apreciaríamos que los "punto de prensa" fueran para algo realmente importante, ¿o no?.