Apropósito que este próximo 9 de diciembre se celebra el día del Psicólogo, comparto una reflexión sobre el rol de la psicología en la sociedad y los desafíos asociados especialmente al envejecimiento de nuestra población.

La psicología, tanto en Chile como a nivel global, desempeña un papel esencial al comprender la mente humana y su influencia en áreas cruciales como la salud mental, la educación y el desarrollo social.

En el contexto chileno, se destaca su evolución para abordar desafíos históricos y culturales, priorizando la diversidad y el bienestar futuro de la población.

Sin embargo, un desafío crítico se centra en el rápido envejecimiento de la sociedad chilena. El porcentaje de personas mayores de 60 años ha aumentado drásticamente, pasando del 9,5% en 1992 al 18,1% en 2022, proyectándose que para 2050 alcance el 32,1% (INE, 2022).

Este cambio demográfico plantea desafíos económicos, sociales y de salud pública. La psicología juega un rol clave al promover la calidad de vida en la vejez, abordando aspectos físicos, psicológicos y sociales para garantizar el bienestar de todas las personas mayores.

Es crucial en el manejo de patologías asociadas al envejecimiento, comprendiendo y gestionando cambios cognitivos, emocionales y conductuales, incluida la demencia, y promoviendo estrategias para mejorar la calidad de vida en esta etapa.

La psicología también se enfoca en el envejecimiento activo, priorizando la salud mental, emocional y cognitiva de las personas mayores.

Al afrontar los desafíos psicológicos vinculados al envejecimiento, se fomenta la autonomía, la adaptabilidad y el bienestar emocional, estimulando estrategias para mantener una actitud positiva, promover la resiliencia y enfrentar los cambios de la vida.

Para impactar positivamente en el envejecimiento poblacional, se requieren esfuerzos públicos y privados que impulsen la investigación local, políticas públicas para la prevención e intervenciones oportunas. Estas acciones buscan optimizar la calidad de vida de las personas mayores, promoviendo una vejez plena y saludable en Chile.

La ONG internacional Bullying sin Fronteras ha dado a conocer los resultados de un estudio que indica que entre 2020 y 2022 se registraron casi 6 mil casos graves de acoso escolar en Chile.

El bullying o acoso escolar y el ciberbullying son causantes directos de más de 200.000 muertes en el mundo, ya sea por homicidio o por inducción al suicidio cada año, según el informe de la mencionada ONG. No es un fenómeno nuevo, pero el problema se ha ido acentuando en los últimos años.

Hasta hace unos años la violencia escolar se manifestaba en ataques de palabra, sobrenombres, publicaciones ofensivas en las redes sociales, entre otras, pero ahora son frecuentes las informaciones que dan cuenta de que niños y jóvenes llevan armas blancas o de fuego a los establecimientos, para atacar a sus compañeros. La agresión escolar es una de las situaciones más dolorosas para los niños y sus familias, considerando que los menores muchas veces sufren en silencio el ataque.

La violencia en la escuela es el reflejo de la sociedad. Se tiende a mirar el colegio como un mundo aparte, como si estuviera al margen de la comunidad, pero hay un entorno que hoy es más violento, en la casa, en el barrio, en las calles, y esto se refleja también en las escuelas. Al reinicio de las clases presenciales después de la pandemia, las autoridades de educación enviaron a los colegios documentos de apoyo pedagógico para iniciar diálogos entre docentes y estudiantes para un trabajo más armónico. Sin embargo, hay que insistir en que los padres son los primeros responsables de la conducta de sus hijos y por lo tanto deben controlar que no lleven armas a los establecimientos. Es un tema que también requiere conversación en el nivel familiar.