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"Este es un año en que hay que tener un cuidado particular con los programas sanitarios. Hay que estar atentos, los agricultores no se van a poder descuidar con las aplicaciones que haya que hacer, porque si no, las pérdidas podrían ser muy grandes", advirtió.
El especialista agregó que en el caso del cerezo, sobre todo, es muy propenso a la partidura de la fruta producto del agua, por lo que las plantaciones que aún no cuentan con techo podrían tener problemas con ello.
Tomando precaución
Al respecto, la encargada de huertos de la Agrícola Río Negro, Yexika Geisbuller, comentó que para evitar daños en los huertos, este año se está utilizando únicamente un programa de fungicidas más estricto, donde se emplea la cantidad de moléculas permitidas por los distintos mercados que importan la fruta chilena, respetando el número de aplicaciones máximas por temporada.
"Esto ha sido con mucha más frecuencia que en años anteriores, porque hemos tenido una primavera sumamente lluviosa, con algo de heladas, que no han sido eventos tan graves, pero sí también granizos y otras cosas que no estaban previstas. Nos estamos protegiendo usando mucho bioestimulante y básicamente tecnologías que acondicionan a las plantas para el control de estrés abiótico", detalló.
Para ello, trabajan con una empresa que ofrece una tecnología estadounidense, lo que ha permitido mitigar daños por heladas, por radiación, lluvias y bajas temperaturas.
"Para el evento climático esto ayuda a mitigar mucho los efectos y yo creo que hoy en día todos los productores tenemos que apuntar a usar esas tecnologías", manifestó.
En relación al crecimiento, Yexika Geisbuller dijo que en el caso de los huertos de Agrícola Río Negro, por ahora no se ha registrado algún tipo de daño en ese aspecto, sino que va todo en forma norma. Sin embargo, están atentos a la condición de alta humedad que ya vendrá, lo cual es el ambiente propicio para plagas como la Drosophila Suzukii y la botritis, que es un hongo, por lo que los agricultores deben estar preparados con stock de productos para realizar aplicaciones en los días propicios para ello, es decir sin viento y lluvias.
Praderas lentas
En el caso de las praderas, el productor lechero del sector de Popoén, comuna de Río Negro, Gerardo Geisse, señaló que tanto las plantaciones de la huerta como las siembras de coles y de nabos, no han crecido lo suficiente y lo mismo está ocurriendo con el pasto, pese a que está fertilizado.
"Yo no tengo todavía pasto para hacer silos, pero hay mucha gente que en este tiempo ya tenía creciendo el pasto para el segundo corte. Probablemente, este año no haya un segundo corte significativo, a menos de que siga lloviendo en noviembre y diciembre. Con esto me da la impresión de que el silo y los bolos van a estar escasos, porque si en primavera creció poco, la cosecha será pobre, ya que se prioriza la comida que las vacas consumen ahora y lo que sobra se cosecha", expresó.
El agricultor añadió que tiene puestas sus esperanzas en que sigan las lluvias durante el verano, con mayores temperaturas. No obstante, de acuerdo con su experiencia, estas tampoco deben ser tan altas, porque se corre el riesgo de que el pasto se dañe por el exceso de agua y calor.
5 meses más podría durar la presencia del fenómeno de "El Niño", el cual produce intensas lluvias y bajas temperaturas que vienen del océano, algo que no se había visto en varios años.
2024 será un año de riesgos para la agricultura y, en el caso de esta zona del país, especialmente para los cultivos de frutas como cerezas y arándanos, prontos a comenzar su cosecha.
Una aplicación de productos que evitan la aparición de hongos y otras plagas marca la diferencia para los cultivos de frutas. De no hacerse, podrían generarse pérdidas millonarias.