Esta semana se conoció el Índice Mensual de Actividad Económica (IMACEC) de septiembre y la cifra fue calificada como buena noticia. Al revés de lo esperado por diversos analistas, se marcó una cifra positiva y no negativa, llegando a 0,6% de variación respecto del mes anterior y 0,2% anual.

El número es favorable si se le compara con septiembre de 2020, cuando marcó caída de 5.3% en plena pandemia; pero muy distante del crecimiento de 3% en septiembre de 2019, antes del estallido y de la crisis sanitaria.

El IMACEC es un "termómetro" del avance del país y por eso se transforma en noticia cada vez que el Banco Central lo informa. En este caso, se esperaba una baja, después de la caída de -0,9 de agosto, tras el esperanzador 1,8% de julio. Pero no fue así. De ahí la alegría. Sin embargo, desde diversos sectores han llamado a revisar con más cuidado los datos; especialmente porque, al desagregar por sector, las áreas más afectadas son el comercio y los servicios.

En una entrevista con www.soyvaldivia.cl, Juan Pablo Swett, presidente de la Multigremial Nacional, fue tajante: "El Resultado del IMACEC es un escándalo", porque -a su juicio- esconde una recesión, un alto desempleo y una contracción de inversiones que daña en particular a la pequeña y mediana empresa. Pidió, entonces, tomar medidas para impulsar al sector, afectado también por una creciente concentración económica, arrastrada por varios años y que ha subido un 30,6% desde 2005, según un estudio publicado por la Multigremial.

También pidió tomar conciencia sobre el daño que la incertidumbre política genera en las inversiones. En particular el proceso constitucional. "Es un capítulo que debemos cerrar pronto", enfatizó.

Las palabras de Swett sin duda deben llamar a la reflexión de la comunidad en general y de los actores políticos en particular, respecto de cómo contribuir a que este ciclo concluya con beneficio para Chile. Un paso podría ser evitar la polarización en los discursos y colaborar para garantizar la entrega de información comunitaria respecto del plebiscito del 17 de diciembre. La responsabilidad en esa tarea es compartida.

Chile se encuentra en un momento crítico en el que el impulso económico y el bienestar de sus ciudadanos depende en gran medida de la inversión en infraestructura y vivienda. La Cámara Chilena de la Construcción (CChC) se suma a la conversación pública para resaltar una serie de medidas esenciales que el país necesita implementar.

En el ámbito de la reactivación de la economía y la recuperación del empleo en el sector, sin duda, la inversión en infraestructura resulta relevante, particularmente algunas medidas planteadas al Ejecutivo, como el pago de los reajustes comprometidos a un número importante de contratistas de obras públicas, la aceleración de relicitaciones de proyectos con presupuestos actualizados, la autorización de obras de mejoramiento de concesiones vigentes, entre otras iniciativas, que permitirían en el corto plazo poner en marcha nuevamente a las empresas constructoras y materializar obras emblemáticas para el país.

La confianza y el cumplimiento de acuerdos son fundamentales para mantener la inversión. Y en el mediano plazo, la agilidad en los procesos de licitación puede mejorar la ejecución de proyectos y garantizar su viabilidad financiera.

Por otro lado, teniendo presente que en Chile existe un gran déficit habitacional, medidas como la aplicación de la garantía estatal al pie de los créditos hipotecarios, ayudará a más familias de clase media a acceder a un inmueble.

Entre las medidas transversales pro reactivación y crecimiento impulsadas por la CChC, se encuentran las que tienen que ver con la agilización de trámites y regulaciones tales como la necesaria modernización del Estado, partiendo por asegurar que la futura "Reforma sectorial al sistema de permisos sectoriales", incluya los trámites críticos para los proyectos.

Por último, la inversión público-privada en el desarrollo urbano requiere una urgente modernización de su legislación, del mismo modo que la implementación de pactos de invariabilidad tributaria proporcionará certidumbre fiscal en el largo plazo.

Estas medidas no solo tienen el potencial de impulsar la economía y el bienestar en Chile, sino que también pueden fortalecer la confianza de los inversionistas y promover un ambiente propicio para el crecimiento. La Cámara Chilena de la Construcción se compromete a trabajar en colaboración con las autoridades y la sociedad: el momento de actuar es ahora y juntos podemos construir un futuro más próspero y sostenible.