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cruzan por la Ruta U 400 hacia el mar un paisaje soñado para cualquier persona que guste del campo, pero el contraste es fuerte para quien se interna por un costado, ya que sólo a metros del camino se encuentra el vertedero municipal de Osorno, el cual recibe diariamente toneladas de basura, formando un escenario de gigantescas montañas de desechos, donde a sus alrededores hay casas con familias que deben soportar la fetidez y las plagas que viven permanentemente en el lugar.

Este es el caso de Rossana Martínez, quien vive junto a su marido y sus dos hijos desde el año 2010 en el sector, donde su casa está más o menos a 800 metros en línea recta del vertedero.

"Nosotros llegamos hace 13 años atrás, porque el vertedero debía ser cerrado. Eso no ocurrió y el vertedero sigue tal cual, cada vez más colapsado. La solución era el relleno sanitario, que está en el kilómetro 5 hacia arriba, pero los miles y miles de millones que se invirtieron en eso no llegaron a nada. Han pasado varios años y no hay ninguna solución ni avance. Mientras tanto tenemos que vivir con todas las plagas: los ratones y las moscas, y en ese minuto estamos con el problema de los jotes", relató Rossana.

Efectivamente, el lugar está plagado de dicha especie carroñera, los que además traen moscas a lo que se suma el olor que llega cuando el viento cambia de dirección, sobre todo ahora que trabajan dos máquinas removiendo las montañas de desechos, las cuales están completamente descubiertas emanando olores y bacterias por todo el lugar.

"Solo revuelven la basura, no tapan nada y vamos tirando más y más desperdicios. Además, desde los camiones que llevan la basura, como van sin ninguna malla de protección, va cayendo mucha basura por el camino, la que se junta con la que tira mucha gente a la salida de Osorno por la ruta. Es desesperante, los jotes están por todos lados, como nuestro jardín, en la terraza, en la piscina, defecan por todas partes y no sabemos qué hacer. La Autoridad Sanitaria sabe que tenemos una emergencia con este vertedero, por eso deberían estar fiscalizando todas las semanas", agregó.

Hediondez y plagas

Otros vecinos que viven allí son el matrimonio compuesto por Luis y Elizabeth Padilla, quienes llegaron a vivir a esa zona hace unos cuatro años y para ellos hay días en que la situación es completamente insostenible.

"Aquí como se puede ver está lleno de jotes, se defecan por todos lados, por eso está lleno de moscas, no podemos salir y es peligroso porque además se paran en las ramas de los árboles y con su peso botan palos grandes que un día nos pueden pegar a nosotros. No podemos recibir visitas, porque nos da vergüenza el olor que se siente", expresó Luís Padilla.

En el caso de su esposa Elizabeth, comentó que el olor es insoportable y en verano deben permanecer con las ventanas de su casa cerradas para que no entre y los contamine.

"Muchas veces siento dolor de cabeza, mareos y náuseas con este olor y tengo miedo que un día nos podamos enfermar de algo más grande por este mosquerío, los ratones y los jotes que están por todas partes. Alguien tiene que hacer algo", añadió la vecina.

Daniela Fourcade vive con ellos y tiene una hija pequeña con una condición de discapacidad, por lo que la niña debe salir a caminar con frecuencia.

"Ella debería estar caminando siempre por aquí afuera de la casa, porque el médico así me lo recomendó, pero no la puedo sacar, porque podría contagiarse de cualquier infección, ya que las fecas de las aves están por todos lados. Ya no sabemos qué hacer", sostuvo Daniela.

Vecinos aburridos

Juan Romero también vive en el lugar desde 2011 y también llegó a vivir allí pensando en que el vertedero cumpliría pronto su vida útil, lo cual hasta ahora no ha ocurrido; por el contrario, siente que el discurso de las distintas autoridades es completamente infértil, cumpliendo solamente con palabras para hacer creer que es un asunto que no está olvidado.

"A nosotros incluso nos cobran por usar el vertedero y las tarifas las han subido incluso. Extendieron la vida útil del vertedero sin consultar a la ciudadanía, sin medir el impacto ambiental, porque no tienen dónde tirar basura. Que el relleno sanitario no haya resultado y que hayan pagado esos miles de millones de pesos no es culpa nuestra. Cuando

"Han pasado varios años y no hay ninguna solución ni avance. Mientras tanto tenemos que vivir con todas las plagas: los ratones y las moscas, y en ese minuto estamos con el problema de los jotes"

Rossana Martínez, vecina