El jueves se cumplieron 35 años del Triunfo del No en el Plebiscito de 1988, hito considerado como uno de los hechos épicos de la historia reciente de Chile, pues con la fuerza del voto y de la acción ciudadana se puso término a 17 años de gobierno militar y se dio inicio del retorno a la democracia.

Ese día 5 de octubre, más de siete millones de personas concurrieron a las urnas de manera pacífica y el resultado nacional fue un 56% a favor del No.

Este resultado a nivel país implicaba la convocatoria a elecciones libres para el año 1989 y el cese del gobierno del presidente Augusto Pinochet, en marzo de 1990. Con esa ruta definida, el proceso que siguió fue rápido y sólido: en julio de 1989 otro plebiscito zanjó cambios constitucionales y el 11 de marzo de 1990 asumió Patricio Aylwin Azócar (electo Presidente de la República el 14 de diciembre anterior) abriendo la llamada "transición hacia una democracia plena", estrategia que, pese a todas las miradas críticas que pueda haber sobre ella, marcó las décadas siguientes con avances sobre la base de una política real de acuerdos y voluntades constructivas.

Nunca fue sencilla esta evolución. Pero si una lección clara dejó el proceso, es la importancia de elevar el nivel de la discusión por sobre los intereses personalistas y posiciones extremas, que tanta molestia e inseguridad siembran en la comunidad.

En el contexto de esta fecha, no es errado decir que si las conmemoraciones de los 50 años del Golpe de Estado fueron el recuerdo necesario del horror y del dolor; este día se convierte en una oportunidad para hablar de esperanza, de la unión cívica, de fe real y transversal en la democracia y en la capacidad nacional de superar dificultades.

Citando las palabras del Presidente Boric en sus declaraciones de ayer: "Cuando nos ponemos de acuerdo dejando de lado nuestras legítimas diferencias, es cuando Chile avanza".

En la industria de la construcción, trabajar en equipo es fundamental para alcanzar los resultados esperados. Cada miembro de una empresa; cumple un rol necesario que, al involucrarse con otra labor de manera coordinada; ayuda a cumplir con éxito el proyecto propuesto. Por eso, y a pesar de que normalmente la sostenibilidad se asocie a acciones relacionadas con el cuidado de medio ambiente; entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que los líderes mundiales se comprometieron a tener resueltos en el año 2030; la protección de los derechos laborales junto a la promoción de empleos seguros en condiciones de bienestar óptimas, se encuentran dentro de los lineamientos a considerar.

La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es un concepto que ha cobrado una relevancia cada vez mayor en el mundo corporativo. En palabras simples, la RSE implica que las organizaciones, además de buscar beneficios económicos, deben también desempeñar un papel activo en la mejora de sociedad y el bienestar de sus trabajadores. En ese ámbito, sin duda, las jefaturas poseen un rol fundamental pues estos tienen la capacidad de incentivar el rol social de las empresas que lideran.

Estudios tales como "Felicidad y Trabajo", desarrollado por una connotada Consultora Española, asegura que, al generar cercanía y vínculos con los colaboradores en las empresas, se mejoraría la productividad hasta en un 88%. Entonces, no existirían aspectos negativos para las corporaciones en comenzar a pensar en realzar su rol social.

Desde sus orígenes hace más de 70 años, la Cámara Chilena de la Construcción, ha puesto en el centro el bienestar de sus trabajadores; apoyándolos para mejorar su calidad de vida y su entorno. Aunque cambien los tiempos y consigo los líderes, aquello nunca ha variado. Porque además de entregar apoyo a las corporaciones para que éstas cumplan con su rol social; la CChC ofrece una variada oferta de programas sociales para los trabajadores de sus empresas adheridas en 4 áreas de intervención: salud, atención social, formación y otros ámbitos, tales como la cultura y el deporte.

Los programas sociales que se brindan tienen como fin mejorar la calidad de vida de sus trabajadores y su familia. Lo que conlleva un bienestar social, repercutiendo directamente en el incentivo de sus labores, por ende, lograr una mejor productividad.