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voluntarias e incluso a dejar de tener presencia, como es el caso de los voluntarios de Coaniquem, que apoyaban a niños afectados por graves quemaduras; o las Damas Adventistas de Rosado, cuyas voluntarias eran tan longevas que después de la pandemia tuvieron que retirarse de su labor en el principal recinto asistencial de la provincia.

Espíritu altruista

Internacionalmente se reconocen al menos 10 ámbitos diferentes para realizar acciones voluntarias, solidarias y altruistas, lo que permite que las personas puedan elegir la que más les acomode a sus intereses, inquietudes y habilidades. Todos ellos viven una fuerte crisis para sumar nuevos integrantes, aunque logran mantenerse en el tiempo gracias a quienes en su mayoría llevan décadas dedicadas a la labor del trabajo voluntario.

Las categorías son voluntariado ambiental; voluntariado socio-sanitario; voluntariado cultural; voluntariado deportivo; voluntariado internacional; voluntariado de ocio y tiempo libre; voluntariado de protección civil y ayuda humanitaria. Se suma el voluntariado social; voluntariado en promoción de la igualdad de oportunidades; voluntariado en derechos humanos y pacifismo; voluntariado en entidades y organizaciones.

A través del relato de voluntarias de organizaciones que tienen presencia en la comuna es posible adentrarse en su maravillosa labor social, las dificultades para dar continuidad a su trabajo y la invitación que realizan para que más personas se sumen como voluntarios en alguna de las muchas organizaciones presentes en la comuna y la provincia.

Uno de los lugares donde se concentra la mayor cantidad de voluntarios es en el Hospital Base de Osorno, tal como las que están bajo el alero del Consejo Consultivo de Usuarios, que es la organización de participación social orientada a considerar las opiniones y necesidades de los usuarios internos y externos con la finalidad de gestionar soluciones hacia las falencias que eventualmente puedan existir en el recinto de salud.

Ruth Barría es la presidenta del Consejo Consultivo de Usuarios del Hospital desde hace una década y además es voluntaria de las Damas de Blanco hace cerca de 30 años. Ella recuerda que cuando comenzó su labor en las Damas de Blanco eran más de 20 activas e ingresaban nuevas año a año.

"Esta realidad ha ido cambiando desde hace rato, pero en la pandemia la crisis se agudizó, al punto, por ejemplo, que ahora trabajo en la coordinación de las Damas de Blanco en Río Negro, porque no había voluntarios y recién después de 3 años logramos que dos personas se sumen. Pero igual son mayores de 50 años y en promedio la mayoría del voluntariado supera los 65 años. Es preocupante, porque la labor de todo el voluntariado es maravillosa, pero tienes que realizarla con compromiso y constancia", dijo Barría.

Agregó que han buscado personas que se quieran sumar por distintas vías, pero no logran incentivarlos, especialmente a los más jóvenes.

"Lo primero que preguntan es qué van a ganar en términos económicos y, claro, no existe esa retribución, porque acá hablamos de un trabajo altruista. No hay pago, pero llena el alma y te deja con una sensación maravillosa de haber aportado al bienestar de quienes más lo necesitan. En el caso de los voluntarios del hospital, todos cumplen distintas labores, pero llegamos al mismo punto, que es apoyar al prójimo, darle tiempo de calidad a quienes están en un momento muy vulnerable de la vida y a sus familiares también", explicó Barría.

En el voluntariado Damas de Blanco, presentes en el Hospital Base hace más de 30 años, participan 28 mujeres miembros de distintas iglesias evangélicas, las que tienen como misión brindar apoyo material y espiritual a los hospitalizados en las distintas unidades. Es la organización que más integrantes suma junto con las Damas de Rojo, que llevan más de 40 años en el Hospital apoyando a los pacientes y sus familias con útiles de aseo y alimentos; además, en algunos casos solventan los pasajes para traslados y en ocasiones medicamentos.

Maravillosa ayuda

Elizabeth Cerda es voluntaria hace 23 años en las Damas de Amarillo y hace 3 años asumió el desafío de ser la coordinadora general de la organización. Un trabajo que asegura ha sido maravilloso, ya que les ha permitido estar cerca de muchos pacientes a los que apoyan con la alimentación asistida.

Recuerda que cuando comenzó, al igual que la mayoría de las voluntarias de todas las damas de colores del Hospital Base, estaba en plena crianza de sus 3 hijos, trabajaba y cuidaba de su casa, "pero también tenía claro que era necesario ayudar a otros, por lo que encontré en las Damas de Amarillo una maravillosa opción para hacerlo. Primero íbamos a la hora de almuerzo y cena para apoyar a quienes por diversas razones no pueden comer de forma autónoma. Después se extendió el horario de visitas, así que vamos sólo en el almuerzo entre las 11 y 13.30 horas. Lo que encontramos al interior del recinto es mucho más fuerte de lo que podemos suponer, pero también vemos que desarrollamos una labor donde más se necesita", manifestó Cerda.

Detalló que cuando comenzaron eran entre 25 y 30 voluntarias, lo que fue cambiando por enfermedad, fallecimiento o traslado de las mismas mujeres, sin que existan muchas opciones de ir sumando renuevos. Llegaron al punto que hace 8 años atrás quedaban sólo 7 voluntarias activas.