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Sentido común
Las declaraciones del ex Presidente Sebastián Piñera y el ex director del Instituto Nacional de Derechos Humanos, Sergio Micco, no hacen más que ratificar lo que el sentido común nos hace pensar. Grupos organizados, coordinados en todas las capitales del país, atacando a Carabineros, quemando Iglesias, universidades, servicios públicos. ¿De espontáneo? Nada. Fue un golpe de estado que al no contar con apoyo de fuerzas armadas, intentó escudarse en los derechos humanos para lograr la toma del poder. Lograron hacer tambalear la constitución para cambiarla por una narcochavista que Chile rechazó rotundamente. De lograr un mejor texto constitucional que el actual y aprobarlo, Chile derrotará definitivamente ese golpe de estado cobarde del comunismo y sus cómplices de la izquierda lacaya. Si eso no se logra, no tengan dudas que tendremos en unos años más un nuevo intento golpista para así armar su asamblea constitucional narcochavista.
Cristian Palma Valdés, presidente regional (Los Lagos)Partido Republicano de Chile
No aprobar o rechazar
El proceso constitucional ha entrado en su recta final. El 17 de diciembre, los chilenos deberán acudir una vez más a las urnas para decidir si aprueban o rechazan la propuesta constitucional, o al menos esto es lo que el ciudadano común había entendido. Sin embargo, durante la última semana, ha llamado mucho la atención una norma contenida en el Reglamento "Acuerdo S/N" que contempla un final alternativo: que no sea la ciudadanía la que tenga la última palabra.
El reglamento mencionado especifica que por un quórum de los miembros en ejercicio del órgano, se aprobará la totalidad del texto. Es decir, si 31 consejeros votan en contra del texto final, el proceso se entenderá finalizado y la propuesta constitucional será desechada.
En consideración a lo anterior, corresponde hacer un alcance respecto al mandato constituyente delimitado y exclusivo que tienen los consejeros electos y expertos que han participado. La única tarea que se les ha encomendado, es llevar a cabo la redacción de una propuesta que debe ser sometida al escrutinio. Sin embargo, este encargo en ningún caso es extensible u homologable a que los mismos elaboradores del proyecto tengan la facultad unilateral de decidir sobre su aprobación o rechazo.
La legitimidad del proceso actual es cuestionada por algunos, al no haber existido un plebiscito de entrada. En ese sentido, parece de aún mayor relevancia que el plebiscito de salida fuese la instancia en la que, quienes tienen el ejercicio de la soberanía por naturaleza, en definitiva, los ciudadanos, fuesen quienes le otorgarán la validez necesaria a este proceso.
Además, esta importantísima decisión podría ser objeto de manipulación política. Eventualmente, se puede prestar para que los sectores que no están de acuerdo con la propuesta final, acuerden desecharla y, por ende, no someterla a plebiscito.
Por último, es muy llamativo lo señalado en la página web del Senado, en una publicación del 12 de diciembre de 2022, que indica textualmente "La propuesta final de Nueva Constitución deberá ser ratificada o rechazada por la ciudadanía mediante un plebiscito con voto obligatorio". Si los poderes del Estado no tenían claro el procedimiento que pone fin a este proceso constitucional, mucho menos lo tiene la sociedad política.Matías Vásquez Uribe y Nicolás Barrientos Dillems, alumnos de Derecho
Muertes cardiovasculares
Las enfermedades cardiovasculares se han convertido en una de las principales causas de muerte a nivel mundial y Chile no está exento de esta realidad. Actualmente los principales factores de riesgo asociados a estas patologías están ligados a estilos de vida y prácticas poco saludables. En nuestro país el 86,7% de la población es sedentaria, el 30,8% tiene sobrepeso, el 33,3% es fumador, mientras que el 36% tiene hipertensión y el 12,3% diabetes. Un panorama poco alentador.
Para disminuir la prevalencia en nuestro país es importante mantener controlados los factores de riesgo modificables, es decir, todos los hábitos y prácticas nocivas para la salud del corazón, pero que se pueden cambiar con fuerza de voluntad y constancia. Al reducir o eliminar la exposición a estos riesgos, disminuye significativamente la probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares, discapacidades e incluso muerte.
Una estrategia altamente efectiva para prevenir enfermedades cardiovasculares es incorporar actividad física regular en nuestra rutina. La Organización Mundial de la Salud recomienda a los adultos entre 18 y 65 años realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física aeróbica de intensidad moderada. Sin embargo, según Ipsos, Chile es el cuarto, de un total de 29 países, que menos horas de actividad física realiza a la semana (3,7 horas), estando por debajo del promedio mundial.
Junto a ello, es clave tener una dieta equilibrada, variada y saludable. El consumo excesivo de alimentos ricos en sodio y azúcares contribuye al desarrollo de enfermedades como la hipertensión arterial y la diabetes, que están directamente relacionado con las patologías cardiacas. Hasta un 80% de las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares son prevenibles mediante modificaciones en estos dos aspectos.
Por último, pero de igual importancia, insistimos en la realización de chequeos médicos periódicos, especialmente después de los 40 años o antes si existen factores de riesgo o antecedentes familiares, para evitar las graves consecuencias asociadas a postergarlos.
En el ámbito médico, un número creciente de especialistas nos hemos propuesto educar a la población, mantenernos al día en torno a los últimos avances e investigaciones, y sumar tecnología de vanguardia para hacer frente a la creciente carga de enfermedades cardiovasculares.
Javier Gárate, cardiólogo