Verónica Salgado
Los vecinos del barrio Los Aromos llevan años lidiando con problemas de seguridad y salubridad a causa de un sitio eriazo que colinda con sus viviendas y una plaza de juegos infantiles. En el espacio, que pertenece a un privado, abundan los pastizales que superan los 2 metros de alto, además de matas de murras que se han transformado en el hábitat de colonias de ratas, centro de acopio de escombros y desechos como colchones y electrodomésticos, así como un riesgo de incendios.
Los afectados señalan que han ingresado solicitudes formales al municipio para pedir apoyo sin que hasta ahora reciban una respuesta y tampoco del dueño del terreno, que simplemente lo tiene abierto y abandonado, pese a las solicitudes que han realizado por distintos canales.
El terreno está emplazado en calle Isla Refugio, donde las familias, cuyas panderetas están colindantes con el terreno eriazo, están cansadas de tener que lidiar con la presencia de ratones, sumado al riesgo en verano de incendios por la abundancia de pasto seco.
Afectados
Cintia Demmer es una de las afectadas, cuya casa y el sitio eriazo están separados sólo por una pandereta, "llevo seis años viviendo en el sector y la verdad es un problema enorme, porque ese terreno es de un privado que no tiene ningún respeto por el entorno. Además, está junto a una plaza de juegos que también es un peligro, porque se presta para que se escondan a tomar, además de los ratones y las cachureos que vienen a dejar", explicó.
Agregó que se han ingresado solicitudes formales al municipio para que tomen algunas medidas, pero no han recibido respuesta, pese a que han utilizado distintos canales para ingresar la denuncia.
Carolina Ampuero vive junto a su familia en el mismo sector desde 2017 y también ha vivido en primera persona los efectos colaterales de tener un terreno abandonado al lado de su vivienda.
"Personalmente he ingresado denuncias a la oficina de partes del municipio, he enviado email a los funcionarios encargados e incluso mi marido solicitó una audiencia con el alcalde y nunca nos han dado una respuesta. Y esto se arrastra por varios años. Aquí tenemos un problema de seguridad y salubridad, porque una colonia de ratas es un foco de infecciones, la gente ha venido a dejar escombros, incluso colchones. El dueño, que es un particular, no tiene ningún respeto con quienes vivimos acá. Eso se nota, porque hay un segundo terreno mucho más pequeño, pero su dueño mantiene el pasto corto y siempre está limpiando, además lo cerró", explicó Ampuero.
La comunidad afectada solicita que se realicen las gestiones para que se corten los matorrales y pastizales, así como el cierre perimetral con la mantención constante que debe realizar el propietario.
Realidad
Esta situación se replica en otros puntos de la ciudad, donde este tipo de sitios abandonados son un problema para los vecinos, muchos de ellos son particulares, pero también de organismos públicos como la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE), el Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu), entre otras entidades estatales.
Si bien el municipio realiza las gestiones correspondientes para solicitar la mantención de los terrenos, así como cursar las infracciones correspondientes, no cuenta con muchas herramientas legales para subsanar este problema que impacta la calidad de vida de quienes viven en las inmediaciones de sitios eriazos.