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Cuando los cuatreros se llevaban el cuero y tiraban la carne al río

La Sago envió una misiva a las autoridades del Departamento de Osorno en 1936 para manifestar su preocupación por el flagelo que, al igual que hoy, causaba estragos en los predios ganaderos de la zona.
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Crónica El Austral / Fotos: archivo El Austral de Osorno

El robo de ganado ha sido desde hace décadas un dolor de cabeza para los agricultores de la provincia de Osorno. Amparados casi siempre en la oscuridad de la noche, los denominados "cuatreros" hacen de las suyas en los predios de sus víctimas: matan y descuartizan al animal en el mismo potrero y se llevan las partes con carne con mayor valor para la venta clandestina en carnicerías de mala muerte y poblaciones de la zona. El problema se agudiza con la llegada de Fiestas Patrias y los festejos de fin de año, claro que ahí ni los lanares se salvan de los verdugos de poca monta que gustan lucrar con lo ajeno.

Los gremios del agro han alzado la voz una y mil veces, y los carabineros hacen lo que pueden, pero el asunto es complejo y el abigeato persiste. Nadie se salva. Pequeños, medianos o grandes ganaderos son víctimas de los malandrines rurales que causan millonarias pérdidas no sólo a los afectados, sino al agro sureño en general.

Una de las primeras quejas y advertencias sobre este delito lo encontramos en 1936, cuando la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (Sago) solicitó a las autoridades de la época una "enérgica acción" para combatir el cuatrerismo, aunque en ese entonces no era tanto por la carne, como ahora, sino por el cuero del bovino.

Así quedó de manifiesto en un artículo que publicaron en la revista Agricultura Austral, de su propiedad, en agosto de 1936, donde manifestaron in extenso su inquietud por el tema.

"En vista del alarmante recrudecimiento que ha tenido el cuatrerismo en estos últimos tiempos, que ha llegado a sembrar verdadero pánico entre los agricultores y ganaderos de nuestra zona, como Sago dirigimos una nota a las autoridades solicitando medida represivas contra los cuatreros que tienen amagados los intereses y la tranquilidad en los campos", parte el encabezado de la nota.

Luego detallan el contenido de la misiva enviada a las autoridades: "El cuatrerismo ha tomado un incremento tal en el último tiempo, que ya constituye un verdadero flagelo social que debe combatirse con el máximo de severidad. Constantemente llegan a nuestra oficinas denuncias de socios, agricultores de toda la zona, a manifestarnos que es motivo de alarma pública el desarrollo que han tomado los delitos de abigeato. La forma en que estos delitos se cometen está demostrando que sus autores proceden inspirados por propósitos inconfesables y para satisfacer los vicios propios de las bajas pasiones que los inducen. Buena parte de culpa en ello tiene el problema del alcoholismo en los campos, otro flagelo social que unido al anterior produce un verdadero desconcierto en las faenas agrícolas y arroja siniestras sombras sobre la futura tranquilidad de las campiñas. Esto se demuestra en que los animales robados se matan únicamente para descuerarlos, votando la carne a los ríos o quebradas, a fin de obtener con el producto del cuero el dinero necesario para emborracharse y dar lugar a sangrientas orgías que generalmente terminan en hecho delictuosos".

Y agrega: "La Sago, haciéndose eco del clamor general de los agricultores y ganaderos de la zona, solicita que haga extensivas a toda la zona la vigencia de las acertadas medidas tomadas por la Gobernación del Departamento de Osorno para fiscalizar el comercio de los cueros, a fin de perseguir severamente a los autores de los delitos de abigeato, a quienes ni siquiera justifica una supuesta necesidad fisiológica. Esperando de su reconocido celo una acción decisiva para defender los intereses de los productores agrícolas y al mismo tiempo de los campos, saludamos con toda atención".

Acciones de la Gobernación de osorno

En vista del alarmante desarrollo del cuatrerismo en la zona, la Gobernación de Osorno aplicó algunas medidas para reprimir a los delincuentes alentados por el alza de precio que registró en aquel entonces el cuero de vacunos. Se dedicaban a descuerar animales dentro de los fundos, lo que significaba un grave daño, especialmente para los predios ubicados a orillas de ríos, donde los cuatreros arrojaban los restos de los animales, después de aprovechado el cuero, para no dejar huellas y burlar la vigilancia policial.

"Como el efecto de las medidas adoptadas han sido satisfactorias, la Intendencia de la Provincia ha patrocinado el decreto de la Gobernación de Osorno, solicitando que se decrete su aplicación para toda nuestra zona afectada".

La intendencia provincial envió un documento al Ministerio del Interior para que patrocinara ante el Ministerio de Agricultura un proyecto de reglamento tendiente a combatir el comercio ilegal de cueros de vacunos, principal causa en aquella época para el robo de ganado.

Los puntos, en su mayoría, estaban referidos a regular el transporte, venta y procesamiento de cueros de bovinos, con la debida justificación legal y documentos de la procedencia y propiedad. Esto aplicaba para choferes de camiones, curtiembres e incluso para los funcionarios públicos de Ferrocarriles del Estado.

El robo de ganado ha sido desde siempre un gran problema para los agricultores de la zona. La Sago alzó la voz por ellos en 1936.

Un titular del diario El Austral de Osorno de 1984 donde se informó acerca del abigeato desatado en predios de la zona costera.

Los ladrones mataban a los bovinos sólo para extraer el cuero.

Dos cuatreros con su "botín" retratados a inicios de los años '80.